Los vecinos de Felanitx no han podido celebrar la fiesta de Sant Agustí como era costumbre. | Gori Vicens

TW
2

Por segundo año consecutivo, los vecinos de Felanitx no han podido celebrar la fiesta de Sant Agustí como era costumbre, pero gracias a la gran dosis de felanitxerisme de la Penya El Cosso, se pudieron revivir algunos de los momentos más emotivos de éste día, aunque fuera en petit comité. Uno de los momentos más esperado es el paso de los Cavallets, Caparrots y autoridades políticas por debajo del palio que se colocó nuevamente a las puertas de la iglesia del Convent de Sant Agustí donde se había oficiado la misa solemne en honor al santo.

Este año, los Cavallets, por las restricciones volvieron a danzar todos los bailes dentro del templo, en vez del exterior como se hacía siempre, y una vez fuera, la reducida comitiva del Cosso los esperaba para acompañarlos hasta el Ajuntament. Al son de los gritos de Cavallets! Cavallets! los jóvenes danzarines pasaron con una sonrisa de oreja a oreja y una dosis de adrenalina bajo palio, junto con los Caparrots y detrás las autoridades municipales encabezadas por el alcalde Jaume Monserrat, además de la consellera de Presidència del Govern, la felanitxera Mercedes Garrido, el conseller insular de Promoció, Jaume Alzamora y la presidenta del PP balear, Marga Prohens.

Este año ‘pasaron’ pero sin ser abucheados como es costumbre. Con la música de las xeremies pusieron rumbo al Ajuntament, donde, fuera, los Cavallets volvieron a bailar. Finalmente, la quica, el emblema del Cosso, también danzó las típicas canciones como ‘amigo Félix’. Así se puso fin a un día de Sant Agustí celebrado en un formato más reducido pero sin que los felanitxers perdieran la esencia de la fiesta, por ello la gente llevaba la mascarilla y una vez finalizado se dispersaron.

Resurrección

Otra de las tradiciones que se ha revivido este año ha sido la ‘resurrección’ de la quica en las «cristalinas aguas de sa Font de Santa Margalida» y el baile de la quica en el replà de la iglesia parroquial. Si cada año los miembros del Cosso son varios centenares, este año su salida ha sido sólo testimonial y para «fer festa als Cavallets». Se espera que año que viene esta fiesta pueda volver a la normalidad.

Otra de las tradiciones que se ha revivido este año ha sido la ‘resurrección’ de la quica en las «cristalinas aguas de sa Font de Santa Margalida».

La víspera, un grupo de unos 40 cosseros y la quica fueron a Magaluf. La semana pasada, la portada del Setmanari Felanitx ‘enviaba’ a la quica a Magaluf -donde se permite la fiesta- y así fue, se paseó por sus calles ante la atónita mirada de los turistas.