Los Cossiers interpretaron L'Oferta ante un público reducido. | Joan Socies

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Tras el sabor agridulce de la jornada de la revetla, este domingo, los Cossiers volvieron a vestirse para rendir honor a Sant Jaume. Durante la misa solemne danzaron L’Oferta. Más tarde volvieron al patio de la escuela local para interpretar allí sus danzas ante un reducido público.

Si el día de la revetla los bailes fueron emotivos, ya que se volvían a danzar después de un año sin hacerlo, este domingo la jornada se vivió con sentimiento. Y es que finalmente, después de algunos días de negociaciones con el Consistorio local, los Cossiers pudieron interpretar sus danzas.

La escuela no fue el escenario que les hubiera gustado pero las restricciones sanitarias hicieron que desde el Ajuntament se les propusiera esta opción. Los danzantes fueron Joan Antoni Juan, Guillem Mascaró, Guillem Andreu, Joan Fiol, Ramon Bibiloni, Laura Ferragut (Dama) y Joan Toni Oliver (Dimoni).

Al igual que en el escenario habilitado por bailar los Cossiers interpretaron cada una de las danzas que componen su repertorio.

Las sensaciones y los comentarios entre los pocos vecinos que se acercaron a ver los Cossiers eran las mismas. «Sin la gente la fiesta no es completa».

Bendición

En el templo parroquial, el aforo estaba limitado y controlado en todo momento para que no entrase nadie más. Unas ochenta personas fueron las que pudieron asistir a la ceremonia religiosa. La misa fue presidida por el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull. Este también aprovechó su visita a Algaida para bendecir el vitral realizado por el artista valldemossí Nils Burwitz dedicado al beato Ramon Llull, una obra que fue inaugurada en noviembre del año pasado.