La cifra es el mayor presupuesto público municipal en la historia del Ajuntament de Consell.
«Hace 25 años la población de Consell no llegaba a 2.000 habitantes, ahora somos 4.300, se ha más que duplicado y como es de suponer los recién llegados no tienen tumba familiar aquí, por lo que la ampliación del cementerio era una necesidad, de hecho tenemos muchas personas que han pedido ya poder tener nichos o sepulturas», dijo el alcalde, Andreu Isern.
Una vez completada la urbanización el Ajuntament ejercerá ahora de promotor construyendo en diferentes fases los nichos que venderá a precio de coste. «La idea es cubrir gastos, no tener beneficios y por tanto seguro que será asequible», añadió Isern.
Respecto al nuevo tanatorio la pandemia ha evidenciado aún más las carencias que arrastraba el municipio en este aspecto. «Aparte de que la instalaciones que teníamos eran muy incómodas por lo pequeñas que eran, también eran insuficientes porque solo había una cámara y nos hemos encontrado a veces que ha habido dos muertos y hemos tenido que llevar un cadáver hacia el Bonsosec. Ahora tenemos dos cámaras nuevas y también dejamos la que teníamos en el antiguo cementerio», dijo.
A la inauguración acudieron la presidenta del Consell, Catalina Cladera, y el conseller de Cooperació Local, Jaume Alzamora.
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Haria falata un genio de urbanismo para lograr que la carretera se desviara y ya no pasara, por lo menos, en medio de la plaza mayor, que debería volver a ser un lugar de encuentro.