Desde hace unas semanas, en una calle adjunta al instituto de s’Arenal cada noche se dan cita decenas de estudiantes provocando problemas a los vecinos del núcleo costero. | Xarxes socials

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Quejas y malestar es lo que han expresado desde hace unas semanas los vecinos de la zona de s’Arenal, Son Verí y Badia Blava. La llegada de centenares de estudiantes para celebrar el fin de curso y el cierre de las discotecas de la zona han provocado que cada noche se repitan «procesiones de estudiantes que se desplazan por las calles haciendo mucho ruido», señala una vecina de Son Verí.

El Ajuntament de Llucmajor señala que desde principios de este mes de junio con la Policía Local han puesto en marcha la campaña de verano. Desde entonces la Policía Local ha registrado unas ochenta denuncias en la zona de s’Arenal «derivadas sobre todo de la llegada de estudiantes de fin de curso». También se han denunciado varios establecimientos por ocasionar molestias a los residentes de la zona o por no respetar los horarios de cierre que marca la normativa COVID.

Los vecinos denuncian que por la tarde en la zona de la cueva Verda se reúnen centenares de jóvenes que se lanzan desde los acantilados al mar. Desde allí vuelven a sus hoteles para más tarde salir en pelotones hasta uno u otro punto determinado del núcleo –ya que la Policía Local les impide ocupar la playa– para realizar el botellón hasta altas horas de la madrugada.

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Uno de los puntos de encuentro es junto al IES s’Arenal. Allí el Ajuntament ha llegado a habilitar algunos contenedores de basura extra para paliar la gran suciedad de plásticos (bolsas y envases de refrescos) que dejan en la calle. Ayer mismo aparecieron flechas amarillas pintadas en el mobiliario urbano que indican la zona de la concentración para que los jóvenes encuentren el punto donde se celebran los botellones, lamentan los vecinos.

Ante esta situación, este sábado a las 10 horas, hay una concentración convocada contra el botellón en la plaza Major de s’Arenal.

Reforzada la seguridad

Desde el Ajuntament, tanto el inspector jefe de la Policía Local, Sergi Torrandell, como el alcalde, Éric Jareño, aseguran que «se ha reforzado la seguridad de la zona». Pero ello no sirve de nada a los vecinos que ven como noche tras noche padecen las molestias de centenares de jóvenes gritando o cantando bajo sus ventanas.

Torrandell señala que en algunos casos «incluso hemos duplicado el número de efectivos para garantizar al máximo la seguridad». Explica que «en una sola jornada, como la del 16 de junio, se denunciaron más de 40 jóvenes, un establecimiento hotelero y cuatro bares por cerrar más tarde de la medianoche. Jareño pone de manifiesto que «no solo hemos reforzado la seguridad, sino que también los servicios de limpieza de basura para hacer frente al aumento de residuos que provoca la llegada de este tipo de turismo». Además insiste en mantener «tolerancia cero ante cualquier tipo de acto que perturbe la tranquilidad de los vecinos o que contradigan la ordenanza cívica».