Leopoldo de Miguel.

TW
2

El abogado Leopoldo de Miguel (Badajoz, 1928), que denunció al Ajuntament de Pollença ante la Fiscalía por su inactividad en el desarrollo de urbanizaciones como Formentor, la Font o el Vilà, murió este domingo en Madrid a la edad de 93 años.

Abogado especializado en materia urbanística llegó a Pollença en 1974 y se definía a sí mismo como «una persona agradecida al entorno del que disfruta». Litigó sin éxito contra la construcción de un bloque de pisos en la desembocadura de Can Botana, junto a su residencia familiar en Cala Sant Vicenç para unos años después acabar denunciando al alcalde Tomeu Cifre ante la Fiscalía Anticorrupción por impedir precisamente el desarrollo de las urbanizaciones de Pollença más sensibles desde el punto de vista ambiental.

En el escrito que envió a Horrach acusaba al alcalde Tomeu Cifre (entonces en el PP) de «solicitar un 15% del aprovechamiento lucrativo de urbanizaciones privadas». Cifre acabó imputado en una causa judicial que dura ya más de siete años lo que provocó su salida del PP y el nacimiento de la agrupación Tots per Pollença que ahora lidera y con la que ha conseguido en los últimos años sus mejores resultados.

El juez aún no se ha pronunciado sobre el fondo del asunto en el que De Miguel estuvo personado como acusación particular hasta que el pasado mes de julio una procuradora presentó en su nombre el escrito de renuncia tras seis largos años de instrucción por «los años transcurridos de desgaste judicial» y la avanzada edad de su representado. Matizaba las acusaciones iniciales contra Cifre alegando que la conducta presuntamente prevaricadora no se desprendía de la solicitud del aprovechamiento lucrativo sino que habría que indagar por qué algunas urbanizaciones nunca se han llegado a desarrollar. Leopoldo de Miguel llegó a elevar incluso el caso al Tribunal de Derechos Humanos.

Cuando se le preguntaba por qué no tiraba la toalla respondía con rotundidad: «es una cuestión de decoro profesional». Su muerte deja muchos frentes abiertos, entre otros sus batallas judiciales por la reactivación de las urbanizaciones del Vilà y de la llamada UP1 (la fachada de Pollença).