La instalación de las señales se ha llevado a cabo en todos los entornos urbanos de la isla que disponen de carreteras interiores. | Consell de Mallorca

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El departamento de Movilidad e Infraestructuras del Consell de Mallorca ha colocado un total de 203 señales en los entornos urbanos de las carreteras que son competencia de la institución insular donde ha reducido la velocidad a 30 kilómetros por hora.

En una nota de prensa, el Consell ha explicado este martes que la medida, motivada en parte por la modificación del reglamento general de circulación, que ha entrado en vigor en todo el Estado, y también por criterios específicos de pacificación impulsados por el propio Consell, se ha llevado a cabo en todos los entornos urbanos de la isla que disponen de carreteras interiores y donde aún no se había hecho.

Como singularidad, no se ha requerido actuar en aquellos municipios donde no hay carreteras internas o ya existía señalización de acuerdo con esta medida como son Artà, Capdepera, Manacor, Santa Eugenia, Inca, Pollença, Mancor y Deià, en los que se había dispuesto esta reducción de velocidad a 30 km/horas en los últimos meses enmarcado en otras actuaciones de pacificación de los núcleos urbanos

El conseller de Movilidad e Infraestructuras, Iván Sevillano, ha explicado que esta adaptación de la señalización, coincide con la «necesidad de reducir la siniestralidad y definir espacios seguros en los entornos urbanos además de ser positiva para la reducción de ruidos y la mejora de calidad ambiental del interior de los pueblos».

Sevillano ha argumentado que los datos oficiales muestran que reduciendo la velocidad de 50 a 30 km/horas en estas zonas, «se reduce la probabilidad de sufrir un accidente grave o muy grave en más de un 80%».

Según técnicos de la dirección insular de Movilidad, a velocidades de 30 km/horas no sólo se reduce drásticamente la severidad de los siniestros sino también la distancia necesaria de frenado en caso de parada brusca o de emergencia, aumentando por lo tanto la probabilidad de supervivencia los implicados.

Esta medida coincide con las peticiones de algunos vecinos y ayuntamientos para pacificar sus travesías y sus carreteras en los entornos urbanos y está alineada con los objetivos Europeos de la Agenda 2030.