Pep Jaume, Antònia Pericás e Isabel Roca, de Guardiola, junto a la pieza. | Juanjo Roig

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Uno de los elementos más conocidos del Teatre Principal de Inca es su gran lámpara de araña que durante años ha colgado del techo de la sala principal. Durante la reforma del teatro ha estado custodiada por los artesanos vidrieros de Gordiola y ayer, tras una restauración, volvió a su lugar original a la espera de la ansiada apertura del Teatre.

No fue una operación sencilla, pues se tuvo que montar un andamio en la platea sortear las nuevas butacas que ya están instaladas. Tres profesionales de Gordiola, Pep Jaume, Antònia Pericás e Isabel Roca, comenzaron ayer por la mañana el montaje de la lámpara que tuvo que ser reconstruida pieza a pieza sobre el andamio y comprobar que funcionaba toda su luminaria para luego elevarla hasta su posición definitiva.

La pieza mide cuatro metros de altura y se extiende hasta los tres metros de diámetro. Consta de siete niveles distintos de iluminación, con una base espectacular que consta de 12 brazos y cada uno de ellos soporta otros dos pequeños brazos que tienen su correspondiente bombilla en el extremo. Este último nivel es el que aporta la anchura a la lámpara de araña del Teatre Principal d’Inca.

El trabajo previo a la instalación de la pieza ha consistido «en restaurar numerosos elementos que no se encontraban en buen estado, así como todo el sistema de iluminación que ha sido renovado», explicaban ayer los responsables de Gordiola que se desplazaron a Inca.

Uno de los elementos más novedosos ha sido la sustitución de las bombillas tradicionales por otras de tecnología LED. Pep Jaume se encargaba ayer de comprobar que cada piso de la lámpara se iluminaba una vez montado y resaltó que «vamos a colocar más de sesenta bombillas». El regreso de la lámpara de araña al Teatre Principal puede dar una idea de lo avanzadas que están ya las obras.

LAMPARA TEATRE INCA
La lámpara se fue montando pieza a pieza y Pep Jaume comprobó su funcionamiento.

Obras de reforma

El ayuntamiento adjudicó, el pasado octubre y por 1,7 millones de euros, los trabajos para acabar la reforma del teatro a la empresa inquera Amer e Hijos, después de que el Consistorio prescindiera de la constructora Vías y Contratas al considerar que incumplió el contrato. Amer e Hijos comenzó los trabajos en febrero y todo apunta a que se cumplirán las previsiones de tener el edificio listo a lo largo del verano.