En noviembre de 2020, el director gerente de Abaqua, Guillem Rosselló (en el centro) y sus técnicos iniciaron una serie de reuniones virtuales con los ayuntamientos de Muro y Santa Margalida para poner en marcha el traspaso, pero las posturas siguen alejadas.

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Nueva vuelta de tuerca en el conflicto en torno a la gestión de la depuradora de Son Bosc, ubicada en Platges de Muro, junto a s’Albufera, y compartida con el núcleo vecino de Can Picafort, de quien recibe las aguas residuales.

La Agència Balear de l’Aigua (Abaqua) ha remitido un requerimiento formal a los ayuntamientos de Muro y Santa Margalida exhortándolos a alcanzar ya un acuerdo para gestionar de manera conjunta esta instalación, como paso previo a llevar a ambas corporaciones ante la justicia.

La tesis de la Fiscalía

El gerente de Abaqua, Guillem Rosselló, confirma su determinación de acudir a los juzgados si no se produce en breve este acuerdo para que Muro y Santa Margalida asuman la gestión de la polémica estación depuradora de aguas residuales (EDAR), una labor que este organismo desarrolla a raíz de los sucesivos convenios a tres bandas firmados en 1989, 1998 y 2005.

Recientemente, la Fiscalía de Balears archivó una denuncia de delito medioambiental por el mal funcionamiento de la depuradora y en su conclusión, determinó que las competencias de depuración de aguas residuales recae en los ayuntamientos. Rosselló asume la línea argumental de la Fiscalía y da por hecho que los convenios que obligaban a Medi Ambient a gestionar la depuradora están extinguidos. «Hace meses que tratamos de que se pongan de acuerdo Muro y Santa Margalida, les hemos remitido toda la documentación que nos han pedido y seguimos prestando nosotros el servicio en precario; si no hay entendimiento, que el juez diga a quién le corresponde gestionarla», apunta Rosselló.

Por su parte, Muro considera que estos convenios no están vencidos y que Abaqua no puede abandonar la gestión al no haberse cumplido un acuerdo clave en este conflicto: la construcción de una nueva depuradora en Can Picafort que permita liberar a Son Bosc de las aguas del núcleo vecino, un convenio firmado en 2005 entre Muro, Santa Margalida y Abaqua. «Seguiremos en la misma línea que hasta ahora, mantenemos nuestro pleito contra la decisión de Abaqua de abandonar y queremos que se cumpla el compromiso de hacer otra depuradora en Can Picafort y que cada municipio tenga la suya», apunta el alcalde de Muro, Antoni Serra.

El alcalde de Santa Margalida, Joan Monjo, en cambio, sí acepta gestionar la depuradora de Son Bosc, así como las de Santa Margalida y Son Serra de Marina. «Estamos preparados para asumirlas; lo que falta ver es si Abaqua puede legalmente traspasarnosla en contra de la voluntad de Muro, que aporta el 50 por ciento del agua residual que llega».