La fábrica fue construida en 1957. Durante sesenta años, generó un centenar de empleos directos y otros indirectos. En enero de 2019 cesó su actividad, aunque ha realizado encendidos puntuales para el mnatenimiento de sus equipos. | Teresa Ayuga

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Cemex ha comunicado al Govern balear su intención de reanudar la producción de cemento en la fábrica que la multinacional tiene en Lloseta, y cuyo cierre, en enero de 2019, culminó con un ERE que conmocionó a la comarca, al culminar con el despido de 86 trabajadores, casi la totalidad de la plantilla.

Dos años y tres meses después de la suspensión de la actividad, la compañía debía comunicar antes del 15 de abril cuáles son sus planes respecto al destino de la fábrica: reanudar la producción o bien cesar su actividad definitivamente y desmantelar las instalaciones en desuso. El martes Cemex comunicó su intención de reanudar la actividad en las próximas semanas, con una producción limitada de «un tipo de cemento de prestaciones específicas, más sostenible y resiliente». Sin embargo, fuentes de Cemex confirman que no está previsto ofrecer puestos de trabajo. «Arrancaremos con los operarios que se quedaron para el mantenimiento de la fábrica e iremos viendo según la demanda local».

El presidente de la Comissió Balear de Medi Ambient, Antoni Alorda, recuerda que, en caso de que Cemex apueste por reanudar la producción de cemento en Lloseta, «desde Medi Ambient retomaríamos el procedimiento para su adecuación a las Mejoras Técnicas Disponibles (MTD), un protocolo que deben cumplir para adaptarse a las normativas europeas, que aumentan las exigencias de caráter ambiental». Este protocolo, que podría obligar a la fábrica a realizar mejoras para cumplir con los parámetros de emisiones fijados por la Unión Europea, fue interrumpido en el momento en que Cemex anunció la suspensión de su actividad en la planta de Lloseta, que se hizo efectiva en enero de 2019.

Por otra parte, la Conselleria de Transició Energètica, Sectors Productius i Memòria Democràtica que dirige el vicepresidente del Govern, Juan Pedro Yllanes, ha mostrado su sorpresa al conocer la noticia y apunta que «lo que nos preocupa son tres aspectos: el primero, el número de puestos de trabajo que implicará; segundo, la cantidad de producción que prevé; y tercero, cuáles son las características del cemento que quiere fabricar».

Cemento e hidrógeno

Cabe recordar que desde esta Conselleria se supervisa el desarrollo del proyecto Power to green Hydrogen Mallorca, un ambicioso plan de reindustrialización de Lloseta a partir de la construcción de la mayor planta de hidrógeno verde de Europa. Así lo presentaron el Gobierno central y el Govern balear en el Consolat a principios de 2019 como medida para «minimizar el impacto social y económico del cierre». La planta de hidrógeno y el parque fotovoltaico del que se alimentará se construirán en terrenos de Cemex. El proyecto ha recibido una subvención europea de 10 millones. La compañía considera que ambos planes son compatibles, algo que tendrá que calibrar el Govern. «No descartamos que en el futuro la fábrica pueda adaptarse y convertirse en un referente industrial en el uso del hidrógeno verde para la fabricación de cementos con una baja huella de carbono».

LAS CLAVES

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La fábrica de cemento fue construida en 1957 por la firma Portland. El boom turístico y el desarrollo de la construcción en las siguientes décadas consolidaron «sa cimentera» en un importante foco de trabajo para la comarca, llegando a tener un centenar de empleados y otros indirectos.

Cemex anuncia el cierre de dos de sus fábricas, la de Lloseta y la de Gador

La fábrica ha cambiado de propiedad en varias ocasiones. Actualmente pertenece a la multinacional mexicana Cemex, que en octubre de 2018 anunció el cierre de dos de sus siete fábricas en España, la de Lloseta y la de Gador (Almería), junto con un ERE que afectaba a 188 trabajadores.

Manifestaciones y tensas negociaciones hasta pactar los despidos

Los trabajadores protagonizaron numerosas protestas para tratar de evitar el cierre de las fábricas. Fue en vano. El ERE se firmó en febrero de 2019, con una indemnización de 33 días por año trabajado, con un límite de 24 mensualidades, además de otros incentivos económicos.

Dos años sin nuevos puestos de trabajo para recolocar a la plantilla

Desde el cierre, se acordó recolocar a la antigua plantilla de Lloseta en los nuevos proyectos, como la planta de hidrógeno que impulsa Cemex junto con Acciona, Enagás, Redexis e IDAE. Dos años después aún no se han generado nuevos puestos de trabajo y el «paro» se termina.