Imagen de la sede de la entidad local menor de Palmanyola. | Guillem Picó

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El Ajuntament de Bunyola y la Entidad Local Menor (ELM) parecen dispuestos a fumar la pipa de la paz después de que, el pasado 23 de febrero, el alcalde Andreu Bujosa (EOB) respaldara la recomendación de la Sindicatura de Comptes de les Illes Balears (SCIB) de desmantelar la mencionada administración pedanea. Postura a la que los vecinos de Palmanyola respondieron convoncándole una manifestación ciudadana.

Para intentar rebajar la tensión y que Palmanyola se sienta más partícipe de las decisiones que el Consistorio bunyolí adopta respecto a los asuntos que atañen a la pedanía, el alcalde ha propuesto a la ELM la creación de un «grupo de trabajo bilateral» para tratar los temas que en un futuro puedan afectar a las relaciones entre las dos instituciones. Este grupo estará compuesto por representantes del equipo de gobierno del Ajuntament de Bunyola y miembros de la junta vecinal de la entidad local menor.

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Además de para limar las tradicionales asperezas exacerbadas en las últimas semanas, la propuesta surge como alternativa a lo que planteaba la oposición en cuanto a recuperar la antigua comisión de relaciones institucionales. Según fuentes del equipo de gobierno, la propuesta del «grupo de trabajo bilateral» abre las puertas a la presencia, «con voz y voto», a los representantes de la junta vecinal en la administración local.

La población de total del término municipal de Bunyola no llega a los 7.000 habitantes, y sólo en la pedanía de Palmanyola residen unas 3.000, «2.100 de ellas empadronadas», aseguran desde la ELM.