La pista de baile medía 600 metros cuadrados. | INMOHAUS

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La discoteca Dhraa está a la venta por un precio de 277.000 euros. Así se anuncia en el portal web de la inmobiliaria Inmohaus (la oferta también aparce en otros portales inmobiliarios) y se especifica que se pone a la venta todo el complejo que tiene una superficie de 9.000 metros cuadrados. Además de la discoteca, el recinto también cuenta con un bar, un restaurante, una sala de exposiciones, piscina y una vivienda, así como una amplia zona de aparcamiento que suman una superficie construida de 2.743 metros cuadrados.

El anuncio de Inmohaus asegura que el complejo cuenta con licencia de actividad sin revocar, concedida por el Ajuntament de Manacor «gracias a la declaración de interés general del Govern en 1996», apunta Inmohaus.

El promotor del impresionante complejo fue Romeo Sala y abrió sus puertas el 24 de julio de 1984. A la fiesta de inauguración acudieron unas 10.000 personas. Durante nueve años (Dhraa cerró en el año 1993), este recinto al aire libre se convirtió en un referente en España y en él actuaron importantes artistas del momento de la talla de Miguel Bosé, Radio Futura, Kid Creole and The Coconuts, Nacha Pop, Guía del Ocio o Nina Hagen, que llenaban la pista de baile al aire libre de miles de personas que acudían a esta famosa discoteca que se ubica en Porto Cristo, en la carretera hacia Cala Millor.

Días antes de la apertura de la discoteca, el diario ABC publicó que «la nueva ciudad de noche impresiona por su modernismo y vanguardia». En el blog dedicado a la macro discoteca dhraa.blogspot.com se recuerda que el gran complejo fue obra del arquitecto madrileño José Ángel Suárez González-Mayo y en la ejecución del proyecto colaboraron artistas como Javier Mariscal, Guillermo Pérez Villalta, Fernando Osinaga, José Maldonado, Rosa María Gimero y Rafael Zapatero.

Vivir la noche

En el mismo portal de internet se habla de que «Dhraa era otra forma de sentir la noche y había gogós, bailarinas, malabaristas, faquires, trapecistas, fuegos artificiales y, sobre todo, buena música». Toda esta puesta en escena se combinaba a la perfección con la arquitectura del recinto que simulaba un derrumbe en una parte del edificio. También había una torre con una escalera de caracol y una pirámide. Pero toda esta espectacularidad pasó a la historia tras el cierre hace casi 30 años.

Aunque la zona del restaurante siguió en funcionamiento hasta hace unos años, el conjunto presenta un evidente estado de ruina. La propiedad de Dhraa puso el recinto a la venta en el 2016 y ahora aparece publicitado en varios portales inmobiliarios. En la oferta se anuncia como una oportunidad de negocio aunque es necesaria una inversión.

El edificio presenta un degradado estado de conservación. Fotos: INMOHAUS