La instalación de un parque fotovoltaico en Son Bonet aviva la oposición entre los vecinos del Pla de na Tesa y el Pont d'Inca, poblaciones de Marratxí separadas por el aeródromo. | Youtube Ultima Hora

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Incluso Es Forn, con un pastel muy especial que incluye el lema ‘Son Bonet viu’, y el campanario del Pla de na Tesa, engalanado en su cúspide de color verde, se pronuncian sobre un tema que ocupa y preocupa a la mayoría de vecinos de esta localidad y de la vecina Pont d’Inca, poblaciones colindantes y separadas por el aeródromo de Son Bonet, donde AENA proyecta la construcción de un polémico parque fotovoltaico.

Esta instalación, que ha suscitado la oposición del pleno municipal de Marratxí en su conjunto y de una ciudadanía pacífica por definición, ha motivado que decenas de vecinos emprendan una intensa labor de concienciación entre sus allegados, a la que también se le suman brazos y voces muy activas de los núcleos de Cas Capità y Sant Llatzet.

Numerosas casas lucen ya lazos verdes y pancartas a favor de convertir este espacio marratxiner en un auténtico pulmón verde, y este martes por la mañana se recogían firmas en la plaza de la Iglesia del Pla; la idea es aglutinar el máximo apoyo posible a las alegaciones antes de que expire el plazo para su presentación, el próximo 10 de marzo.

En este contexto, varias voces explican su postura con respecto a las placas solares de la discordia en Son Bonet. En primer lugar, Francisca Pizà, presidenta de la asociación de padres y madres del CEIP Gabriel Janer Manila del Pla de na Tesa, explica que «toda la junta apoyamos la plataforma en defensa del campo de Son Bonet. No estamos en contra de las energías renovables, son un bien común, pero pensamos que AENA se equivoca eligiendo este lugar».

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«Son Bonet debería ser un auténtico pulmón verde, es una reivindicación histórica. Estos terrenos fueron expropiados a nuestros antepasados y forman parte de la identidad del pueblo».

Una opinión que comparte Víctor Barrientos, miembro de la plataforma Pulmó Verd, quien considera que «es una pena que no se aproveche este espacio con algún uso social, como se ha venido haciendo en las últimas décadas. Nuestros niños juegan aquí, muchos hemos aprendido a ir en bici aquí», recuerda este vecino, que como la mayoría de miembros del movimiento es partidario de las energías verdes, «pero no a cualquier precio. Hay un montón de terrenos que se pueden utilizar para un proyecto así; este no es el sitio para un parque fotovoltaico, es el sitio para que la gente disfrute del aire libre y de la naturaleza».

Totalmente coincidente en este punto se muestra otra afectada, Aina Pons, que ratifica que «nos oponemos a las placas de Son Bonet porque es el único lugar verde en mitad de un núcleo urbano con una población de seis mil personas».

«No estamos en contra de las placas, se tienen que poner, pero hay otros lugares donde ponerlas; que los busquen», sentencia tajante.