Susana Molinari y Ricardo López, un matrimonio de Uruguay que lleva un año viviendo en la residencia Huialfàs de sa Pobla, fueron los primeros internos en salir. | Youtube Ultima Hora

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Sorpresa en el día de San Valentín. Susana Molinari y Ricardo López, un matrimonio de Uruguay que lleva un año viviendo en la residencia Huialfàs de sa Pobla, fueron los primeros internos en atravesar la verja del centro este domingo, primer día en el que la Conselleria de Salut autorizó las salidas de los usuarios. Llevaban seis meses sin salir de la residencia y un mes si poder recibir la visita de ningún familiar.

«No sabíamos que ya podíamos salir, pensábamos que hoy venía nuestra hija a visitarnos, nada más», explica emocionada Susana, de 78 años. Su marido, de 80, no puede mostrarse más orgulloso en un día tan señalado para la pareja. «Llevamos 55 años casados y nos dan esta alegría justo en el día de San Valentín. Tenemos cuatro hijos, 11 nietos y 3 biznietos, somos felices de tener una familia tan grande y de poder estar aquí con ellos», explica.

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Pero no podrán reunirse con todos por ahora. Antes de abandonar el centro, la enfermera de la residencia, Rosa María Rodríguez, les recuerda a ellos y su hija Gabriela el protocolo que deben cumplir durante este día de permiso. «Están muy concienciados de que deben seguir las mismas normas que hemos cumplido todos estos meses en la residencia, higiene, distancia y convivir con solo un núcleo familiar de máximo seis personas».

Entre todas las emociones expresadas por estos residentes al recuperar la libertad de pasar unas horas en la intimidad de la familia disfrutando de un plato típico de Uruguay, el chivito, están la alegría, una ilusión casi infantil en las miradas y la seguridad de contar uno con el otro en todos estos meses de incertidumbre y de restricciones, en los que solo han podido recibir visitas de media hora de un único familiar. Pero no estaba el miedo, y no dudaron ni un segundo en atravesar la verja cogidos de la mano, como si fuera su primer paseo de novios. Ya hace diez días que recibieron la segunda dosis de la vacuna y se sienten tranquilos.

Con ellos estuvo la directora general de Gent Gran, Sofía Alonso, casi tan satisfecha como los propios familiares por «poder devolver a nuestros mayores unos derechos que todos estaban deseando». Alonso reconoce que «fue duro dejarlos sin poder salir de las residencias, al igual que son estrictos los protocolos para estas salidas; deben serlo porque cada brote de COVID-19 en una residencia supone una crisis de más de 15 días y mucho nerviosismo».