Toni Soler, al natural cuando no está sobre un escenario. | Redacción

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Se puede afirmar, sin atisbo de duda, que Toni Soler, conocido como Toni Rissos en el mundillo artístico de Mallorca, es un artista polifacético. Ha trabajado en todas las vertientes del sector, como músico, productor y promotor de festivales como LlucmaRock, en Llucmajor o Sa Superfesta de Porreres; artista circense, showman, compositor y guionista. Como a casi todos los que viven de la cultura, la pandemia ha frenado en seco la carrera de este artista inquieto justo cuando sus conciertos gozaban del calor del público en teatros, escuelas y fiestas populares de Mallorca.

Ha tocado todos los palos, ¿siempre supo que sería artista?
— La verdad que el tema artístico siempre lo he llevado dentro, a los 15 años me estrené en una verbena bailando al estilo Leroy Johnson, y a los 16 me compré mi primera guitarra y un amplificador con el dinero que ganaba ayudando a mi padre en su negocio. En los ‘80 junto con mi primer grupo, Los Patanes, fuimos finalistas del certamen Pop Rock de Palma. A mediados de los ‘90 llevaba una trayectoria semiprofesional con Gólgotha, una banda de doom metal con la que realizamos varias giras por la península, participando en festivales. Y así fui encadenando proyectos, compaginando la faceta artística con otro empleo, hasta que, con 30 años, decidí dejar mi empleo para dedicarme íntegramente al mundo del espectáculo.

¿Vivir de la cultura en Mallorca es posible o roza la utopía?
— He vivido épocas muy buenas. En el 2000, montamos una productora que se llamaba Arreplegats y con ella trajimos a la Isla a grupos muy conocidos del panorama nacional: Ojos de Brujo, Macaco, Dusminguet... montamos festivales de éxito como el LlucmaRock, y tuve bastantes satisfacciones como representante artístico de grupos locales, quizás no muy conocidos, pero de calidad, como Big Yuyu o Abracanalla, entre otros.

¿Cuánto duró la aventura?
— Cinco años. Después inicié una etapa de proyectos en solitario y escribí una «rondalla-rock». Es Quiròpters, un éxito que después adapté al formato de «cuenta cuentos» para el Circ Bover y con este espectáculo hemos rodado por todas las Illes.

Sus personajes son conocidos en la Part Forana, ¿tiene un vínculo especial con ese público?
— Yo nací en Palma pero he vivido muchos años en Sineu, Ariany y ahora en Santa Maria. De niño recorría toda Mallorca acompañando a mi padre en su negocio de alimentación y puedo asegurar que no hay un solo pueblo en el que no tenga amistades. Con la OCB rodé los lipdubs de Sineu y de Ariany en la campaña «Mallorca m’agrada». Y actualmente, algunos municipios de la Part Forana han hecho una firme apuesta por la cultura, incluso durante la pandemia están programando actuaciones en sus teatros, donde es sencillo controlar el aforo, en plazas y en escuelas.

¿En qué proyectos está involucrado actualmente?
— Como músico, montamos un grupo de homenaje a The Doors que se llama Moonlight Drivers. Ahora estamos adaptando lo que era un formato de concierto para llevarlo a los teatros. También formo parte de Clan Zíbar, un grupo de música balcánica, klezmer, con el que contamos historias con una estética gipsy. Con el Circ Bover, recorremos la Isla con el espectáculo infantil Eufònics. Y hace dos meses hemos estrenado el show Rubí y Los Lingotes, un cabaret bizarro inspirado en los artistas de los años ‘60.

¿Ha truncado la Covid sus planes profesionales
— Totalmente. La situación actual es muy difícil, he hecho unos pocos bolos en todo este año de pandemia, y sé de otros artistas que están en la ruina, prácticamente, a raíz de tantos meses sin poder trabajar.

¿Cree que la cultura necesita un plan de rescate, como los bares?
— La cultura está desmembrada, lo que necesita es estar unida. Históricamente, los artistas hemos ido cada uno por su lado, ahora con la pandemia, parece que hemos abierto los ojos, y se ha creado la nueva asociación de profesionales de la música de Mallorca, ProMusics Mallorca para defender nuestros intereses. Estamos a años luz de países como Francia, donde hay políticas de desempleo específicas para los artistas, que tenemos flujos de trabajo variables.

Está a punto de lanzar su primer disco de canciones propias, ¿será en streaming o se muere por pisar un escenario?
— Tengo muchas ganas de volver a los escenarios y presentar mi primer disco en solitario de temas propios, con un estilo Folk rural que llamaré Rock&Roll de Foravila. He actuado alguna vez en streaming estos meses de pandemia por estar activo, pero no tiene nada que ver con el calor que transmite el público en un directo.