El Dimoni Gros de la cerería Sa Bresca, sobre las velas. | Assumpta Bassa

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Enyorarem el caliu/i el foc de les abraçades/i també aquelles glosades/d’herbes dolces riu qui riu. Este año los foguerons no arderán, no sonará el papaxín, papaxín papaxín en las calles, no habrá las corregudes del Dimoni Gros tras un público entregado, ni el carro de la colcada saldrá en procesión... Sin embargo en Manacor se respira un ambiente ‘santantonier’.

La pandemia ha privado a los manacorins de una celebración multitudinaria en la calle para su fiesta más vivida, pero el ‘sentiment’ se mantiene encendido estos días. Los vecinos no permitirán que este terrible demonio les quite también la ilusión. Los comercios del municipio han querido contribuir a dar un poco de alegría a estas calles despojadas del calor humano y, muchos de ellos han decidido decorar sus escaparates con la temática de Sant Antoni para recordar una festividad que este año no se puede celebrar como es tradición. Además, muchas fachadas de particulares lucen flores de papel o cuelgan en los balcones el emblema de la Tau. En algunos lugares ya suenan las gloses. También se pueden ver vinilos de Sant Antoni en puertas y los ciudadanos con mascarillas del Dimoni o Sant Antoni. Todo ello recuerda esta pasión santantoniera.

Unas grandes ‘banyes’ decoran la Floristeria Avinguda.

Decoración

En el centro de la ciudad hay vida. La cerería Sa Bresca, desde el mes de agosto, tiene diseñado el escaparate de este año. Una gran colmena, con un Dimoni realizado en cartón que sale de Cas Baciner pero Sant Antoni no ha tenido tiempo de vestirse. El propietario, Joan Febrer, explica que «desde hace 16 años adornamos nuestro escaparate en esta época y este año hemos querido mantenernos fieles a esta tradición».

El dimonió de la pasteleria Ca’n Roca sostiene su mascarilla.

También se venden artículos relacionados con la fiesta. «Ha tenido un gran éxito las flores de papel y las banderas». En la pastelería Ca’n Roca se ha ‘cocinado’ un pequeño dimonió sobre cajas de ensaïmades y con mascarilla en mano. También se pueden leer varias glosas (como la del principio) que hacen referencia a la actual situación sanitaria.

En Ca’n Garanya, entre rodillos de hilos y pequeñas figuritas.

En la ‘botiga del Dimoni’, Bàrbara Pont comenta que «viene mucha gente de fuera a comprar artículos. Las mascarillas han tenido mucho éxito».

La Floristeria Avinguda también lleva años entregada a la pasión de Sant Antoni así como Ca’n Garanya.

La ‘Botiga del Dimoni’ tiene un amplio abanico de productos.