El mar balear es uno de los mejores caladores del Mediterráneo occidental. En Mallorca las capturas de atún rojo están limitadas a las embarcaciones artesanales, de artes menores, no superiores a 12 metros, con una actividad más sostenible.

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La recuperación de la pesca artesanal del atún rojo es una realidad en la isla. La flota pesquera de artes menores ha superado la cifra de 1.000 ejemplares capturados este año, un dato que la Federació Balear de Confraries de Pescadors califica de «récord histórico» ya que significa la recuperación efectiva de un «derecho histórico» como es este tipo de capturas.

La pesca del atún rojo había sido una actividad habitual que solo recuerdan los pescadores más veteranos y que, poco a poco, fue desapareciendo. Ahora, este tipo de capturas vienen fijadas por cuotas, dictaminadas por el Instituto para la Conservación Atlántica y Mediterránea. Para este año el Gobierno de España asignó un total de 60,4 toneladas a Baleares. De esta cantidad, la flota insular ya ha superado los 57.600 kilos, lo que significa que ya se han hecho efectivas el 95,3 % de las capturas permitidas de atún rojo. Por contra, el año pasado, estas solo llegaron a los 18.171 kilos.

Este récord de capturas ha supuesto también un nuevo impulso para el sector ya que permite diversificar la actividad de la flota pesquera tradicional. La campaña empieza en abril y se alarga hasta el mes de diciembre, convirtiéndose así en una pesca de temporada más, asociada a la de la sepia, el jonquillo o la llampuga.

El incremento en las capturas se debe, en parte, al nuevo sistema de gestión de la actividad fijado por la Federació de Confraries de Pescadors que ha optado por una «gestión pausada». «Nos inclinamos por un sistema contrario a lo que llaman pesca olímpica basada en capturar el máximo posible en el menor tiempo», explica el presidente de la Federació, Domingo Bonnín. Por su parte, el gerente Antoni Garau, añade que el objetivo es mantener las posibilidades de pesca durante toda la temporada y así poder ofrecer también una oferta estable a los mercados.

Precisamente fomentar la comercialización local de atún rojo es uno de los temas pendientes. «Para ello necesitamos una demanda estable y que el mercado local pueda absorber las cantidades de captura diarias», añade Garau.

Proyección

De cara a la próxima temporada, Garau confía poder conseguir una mayor cuota de capturas así como mantener una política de diversificación pesquera. «Las actividades más diversificadas son las más sostenibles porque ayudan a mantener los stocks de peces en equilibrio», sentencia.

La Federació, añade Bonnín, quiso reconocer la ‘gesta’ de la captura del ejemplar 1.000, que lo realizó el armador y patrón del barco Na Foguera, Jaume Barceló.

La pesca del atún rojo ha sufrido muchos altibajos. En 2007 su población era muy crítica por lo que se lanzó el plan de recuperación que estuvo en vigor hasta 2018. Hasta hace dos años el sector artesanal de Baleares estaba excluido de las cuotas, una medida por la cual el sector luchó duramente. En la actualidad, la recuperación del atún rojo es de «magnitud considerable», recuerda Bonnín.