Los trabajos se han retomado con la colocación del andamiaje necesario. | CAIB

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Tras dos años de paralización, en julio de 2018, este lunes se reactivaron los trabajos de derribo de un bloque de 37 nichos, 5 oseras y dos capillas de la fosa número 5 de Porreres con grandes esperanzas de localizar nuevos restos de víctimas durante la Guerra Civil, entre ellos la activista Aurora Picornell. En una primera fase se recuperaron 49 cuerpos y en esta nueva intervención hay depositadas muchas expectativas. «En la fase anterior quedaron a la vista algunos cuerpos que no se pudieron exhumar y se sospecha que pueda haber más fosas».

Así lo manifestó ayer el Secretari Autonòmic de Memoria Democràtica, Jesús Jurado, en una visita al cementerio junto a la alcaldesa de Porreres, Xisca Mora; el director de Memòria Democràtica, Marc Herrera, y el presidente de la Comissió de Memòria de Porreres, Miquel Àngel Veny.

Jurado destacó que «son unas obras muy esperadas. Teníamos un deber con los familiares de las víctimas enterradas en este cementerio». Hace dos años el proyecto de excavación y exhumación previsto en el Pla de Fosses de 2018 del Govern quedó en suspenso tras el entierro de una persona en este bloque de nichos. Según la normativa solo se pueden trasladar los restos al haber transcurrido dos años.

Elementos patrimoniales

Este lunes se iniciaron las labores previas a esta demolición. Se retiraron los elementos patrimoniales de las tumbas para evitar que sufran desperfectos durante las obras. Una vez concluida la investigación se volverá a reconstruir este bloque de nichos y capillas.
Estas últimas semanas se han trasladado los restos a otras sepulturas propiedad de las familias o a nichos de alquiler que tiene el Ajuntaments. «Preservamos los derechos y la dignidad de los restos depositados que se han tenido que trasladar de forma temporal», manifestó Jurado. Mora dijo que «las obras dan continuidad a la labor iniciada hace dos años. Se llevan a cabo de manera escrupulosa».