La imagen de vehículos aparcados en los márgenes del camino se ha repetido en las últimas semanas. | Redacción Formentera

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El Ajuntament d’Alaró está decidido a acabar con los problemas circulatorios y de coches mal estacionados que se llevan produciendo desde hace unos meses en el camino del Castell y que ya han provocado serios problemas a la hora de realizar rescates de emergencia.

A partir de este fin de semana impondrá multas a los vehículos aparcados en los márgenes de esta vía, así como en el camino de Solleric que conecta con el refugio de Tossals Verds.

En estos últimos días se han señalizado los dos caminos con carteles en los que se especifica la prohibición de estacionamiento en todo el recorrido. También se advierte de la posibilidad de que los coches sean retirados por una grúa en el caso de que se trate de una incidencia grave en el aparcamiento.

El alcalde de Alaró, Llorenç Perelló, remitió una carta a la presidenta del Govern solicitando su colaboración para poder garantizar la seguridad en los caminos rurales del municipio. Además de los problemas de embotellamientos provocados por coches mal aparcados que han entorpecido al menos dos rescates en la montaña, los vecinos de los caminos afectados se han quejado al ayuntamiento de las dificultades que tienen para acceder a sus propiedades.

Según Perelló, «en agosto ya advertimos al Govern de que se podría dar esta saturación y les pedimos que tomaran medidas, pero no hemos recibido ningún tipo de ayuda por parte de Emergències u otro organismo».

El alcalde pide también a los visitantes de los espacios naturales del municipio que «estacionen sus coches en los lugares señalizados, evitando crear mayores problemas de circulación y de seguridad».

Las aglomeraciones en estos caminos se ha visto agravadas en los últimos meses de pandemia al convertirse estos espacios al aire libre como una de las pocas alternativas de ocio.

Multas en Santa Maria

El pasado fin de semana Santa Maria comenzó a poner multas a los coches mal estacionados en los accesos a la Vall de Coanegra, que también padece los mismos problemas que Alaró.

El alcalde, Nicolau Canyelles, explicó ayer que «se impusieron unas cuarenta sanciones y ahora hemos señalizado el camino para advertirlo, a pesar de que una línea amarilla ya lo prohibe».