El domingo 4 de octubre un escalador que cayó desde una altura de quince metros en el Castell d’Alaró tuvo que ser rescatado en helicóptero. El alcalde avisa de que el colapso de la carretera impide acceder a los vehículos terrestres de emergencia en caso de accidentes. | Redacción Part Forana

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La pandemia pasa factura a la Serra de Tramuntana. Los alcaldes advierten al Govern de que la disminución de la oferta familiar de ocio los fines de semana otoñales (con la suspensión de ferias y otros eventos) ha multiplicado el número de senderistas y ‘domingueros’ que deciden pasar el día en espacios naturales. El pasado lunes decenas de conductores quedaron atrapados en el Castell d’Alaró.

El alcalde de Alaró, Llorenç Perelló (PP), que ya advirtió en agosto al Govern de que esto podía ocurrir si no se aprobaba un plan de contingencia similar al que se pensó para las playas en verano, ha enviado una carta a la presidenta Francina Armengol solicitándole «que se articulen mecanismos de colaboración para mejorar la seguridad de los ciudadanos».

Rescate en helicóptero

«Cabe recordar que la plantilla actual de la policía local solo garantiza que haya un policía local de guardia los fines de semana y estas situaciones de aglomeración y emergencia (en estos primeros días de octubre ya ha habido que evacuar a dos accidentados en caminos rurales municipales, uno de ellos en helicóptero), sumadas a los trabajos habituales de la Policía Local hacen imposible que se pueda tener un servicio de calidad», dice Perelló.

Los alcaldes de Santa Maria (Nicolau Canyelles), Escorca (Antoni Solivellas) y Selva (Joan Rotger) se sumaron este martes a las peticiones del alcalde de Alaró. Advierten de que con la masificación crecen el vandalismo y el incivismo y piden al Govern que facilite medios de vigilancia para controlar los accesos a los parajes más sensibles y también a las áreas recreativas cuyas mesas están precintadas por el Ibanat.

Nicolau Canyelles (Més), alcalde de Santa Maria, explica que en su caso el punto más problemático es el acceso a Coanegra donde cada domingo (coincidiendo con el mercadillo semanal en el pueblo) se concentran centenares de excursionistas. «Hacemos lo que podemos, pero no damos a basto con solo dos policías por turno que intentamos reforzar los domingos». Recuerda que está prohibido aparcar en el camino de titularidad municipal por lo que cuando disponen de policía ponen multas.

En Selva, el alcalde Joan Rotger (PP), lamentó ayer la situación que se vive también en su municipio, puerta de entrada a la Serra de Tramuntana. «Se ha convertido en un hábito aparcar en las cunetas y hay un problema grave en la primera curva de la carretera de Caimari a Lluc». Pide al Govern más medios de vigilancia.

El alcalde de Escorca, Antoni Solivellas (PP) critica que no haya agentes de Medi Ambient en las áreas recreativas y que las zonas de acampada estén «llenas» y con las mesas operativas.

Coches aparcados en la cuneta de la carretera de Caimari a Lluc.