Nexo con los centros educativos. El ascensor salva el pronunciado desnivel entre el centro urbano y la zona del colegio y la guardería. Ahora todos usan las lagas escaleras y la rampa. | Lola Olmo

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La historia del ascensor panorámico de Lloret sería inverosímil, si no fuera porque los vecinos del municipio la vienen padeciendo desde su inauguración, en febrero de 2019. El equipamiento, original para un pequeño municipio de Mallorca, ha sido precintado por segunda vez este verano por parte de la Agència de Defensa del Territori (ADT) y con el inicio del curso, las familias que lo utilizaban para acudir a pie a los dos centros escolares - el colegio público y la guardería municipal- se ven obligadas a desplazarse por las escalinatas que salvan el gran desnivel que hay entre el centro urbano y los solares de Baix de sa Riba.

El Ajuntament de Lloret está empeñado en convertir estos solares de su propiedad en un aparcamiento que de servicio a los centros escolares, y a la vez sirva de parking disuasorio para pacificar el centro urbano, que en los últimos años ha ganado espacio peatonal y pacificado el tráfico interno.

La situación actual, con el ascensor suspendido de uso, es más compleja para quienes tienen una movilidad reducida, o se desplazan con silla de ruedas o empujando cochecitos de bebé, pues para ellos las alternativas son la pronunciada rampa situada junto al muro del Convent, o dar un rodeo caminando por la calzada hasta la puerta del colegio o de la Escoleta.

Tregua debido a la Covid-19

Tras la situación de pandemia generada por la Covid-19, el uso del ascensor obligaría al Ajuntament de Lloret a una desinfección constante y podría suponer un riesgo de contagio, hecho que ha enfriado la batalla judicial con la ADT para lograr que se mantenga operativo. Sin embargo, el alcalde de Lloret, Antoni Bennasar (ELL), no oculta su indignación por la situación «kafkiana» que supone que una agencia del Consell paralice un proyecto sufragado por la misma administración insular. «El ascensor forma parte de un ambicioso proyecto de movilidad, no hay otro de estas características en el Pla y si el Consell hubiera creído que no era factible, no lo habría financiado», señala, mientras decenas de padres y abuelos descienden las empinadas escaleras camino del colegio.

Visto bueno medioambiental

Mientras se libra esta batalla por el precinto del ascensor - el juez solo se ha pronunciado sobre las medidas cautelares - el Ajuntament continúa tramitando la declaración de interés general para los solares. La recalificación es imprescindible para poder legalizar tanto el ascensor como las escalinatas y rampa que se construyeron hace décadas con otra subvención para la supresión de barreras arquitectónicas. «Ahora todo depende de la Comissió insular d’Urbanisme, tan pronto como tengamos el interés general el ascensor volverá a estar operativo y podremos arreglar definitivamente el estado del aparcamiento», apunta Bennasar. Este sábado, la recalificación superó un escollo, al publicarse en el BOIB el visto bueno de la Comissió Balear de Medi Ambient, presidida por Antoni Alorda, para el futuro aparcamiento.