La primera cata, realizada el viernes en el único hueco no pavimentado junto a la piscina (antes ocupado por una palmera) no ha dado resultados. Los expertos quieren ampliar ahora la zona de búsqueda siguiendo ‘in situ’ las indicaciones de uno de los testigos que avisó de la presencia de huesos. | PUNT INFORMATIU

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Tres años después de que el Ajuntament de Pollença notificara al departamento insular de Patrimoni el posible hallazgo de una fosa común con restos humanos en el jardín de una vivienda de Cala Sant Vicenç, un equipo de forenses y técnicos de Patrimoni ha iniciado la búsqueda de los restos por orden judicial.

La primera cata, realizada el viernes, no ha conseguido dar con los huesos y la comisión espera ahora la autorización para ampliar el perímetro de búsqueda siguiendo las indicaciones de un testigo de la causa.

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El caso salió a la luz después de que un trabajador de la construcción ya jubilado contactara en 2017 con Ultima Hora para confesar que «realizando unas obras en un chalet hace años habían salido numerosos cráneos humanos y restos de ropa». El hombre, explicó consternado que había guardado silencio «por miedo» durante años, pero que no podía continuar con «esta carga». Ultima Hora alertó al entonces alcalde Miquel Àngel March que, a su vez, notificó los hechos a Patrimoni. El Ajuntament encontró un segundo testigo que corroboró lo que el primero había explicado. «Nos mandaron tirar algunos huesos y otros los volvimos a enterrar», dijo. Dos son las hipótesis que se manejan, bien que sea una posible fosa de la Guerra Civil (la casa está junto al Camí dels Presos) o bien un crimen más reciente.

En marzo de 2019, ante la inactividad del Consell y sabiendo que la vivienda estaba a la venta, este diario puso los hechos en conocimiento de la Guardia Civil. La denuncia dio lugar a la apertura de las diligencias por las que la juez ha ordenado los sondeos.