En esta edición, el certamen de calabazas gigantes ha sido muy reñido con cuatro ejemplares de gran tamaño. Por contra, las autóctonas han tenido un peso mucho menor. El pesaje se realizó este sábado por la mañana a puerta cerrada, siguiendo las medidas sanitarias exigidas. | M.C.

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Las restricciones sociales derivadas por la pandemia de la COVID no han conseguido anular el tradicional concurso de calabazas de Muro. Hasta 19 calabazas autóctonas y otras 7 gigantes han participado en el certamen celebrado este sábado a puerta cerrada y sin las miradas de centenares de curiosos de ediciones anteriores.

Un ejemplar de 526,6 quilos se llevó el primer premio como la calabaza no autóctona más grande del productor Miquel Cloquell. El regidor de Cultura i Festes, Miquel Porquer, destacó que este año el campeonato de calabazas gigantes ha estado muy reñido ya que había cuatro piezas de gran tamaño. No en vano la segunda calabaza ganadora tiene un peso de 508,2 kilos (Josep Ferriol), mientras que la tercera es de Bernat Cloquell con un peso de 498 kilos.

Por otra parte, la segunda edición de calabazas autóctonas también contó con una buena participación con 19 ejemplares. El primer premio fue a parar a manos de Baltsar Cloquell con una de 42,25 kilos.

CONCURS DE CARABASSES DE MURO

El regidor Miquel Porquer destacó también que desde el Ajuntament no han querido cancelar el tradicional concurso ya que los productores han hecho un gran esfuerzo en la producción de las calabazas, «aunque sí que hemos adelantado la fecha como nos pidieron los payeses», explicó. El certamen se realizó en una nave del Ajuntament y estuvo marcado por las medidas COVID.