En los comercios afectados se han colgado esquelas como protesta por la reforma.

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La reforma circulatoria y la ampliación del Área de Circulación Restringida (ACIRE) en el centro de Son Servera, en vigor desde el lunes día 17 de agosto, ha generado indignación entre los comerciantes, quienes aseguran que será la «muerte» de sus negocios. Como protesta pacífica lucen esquelas en las que comunican la sentida pérdida de «los comercios que fallecieron después de 100 años de historia, tras el cambio circulatorio».

El ambicioso plan de movilidad impulsado por el equipo de gobierno (PSOE–Independents), tras varios informes, está ahora en el centro de la polémica.

La zona ACIRE se ha ampliado a las calles Pere Antoni Servera, del Tren, Sant Antoni y la restricción es todo el año y las 24 horas del día. Solo se permite la entrada a los residentes y a los vehículos autorizados. Además se han realizado cambios circulatorios en la calle Major y en la plaza de Sant Joan.

Una de las comerciantes afectadas, Maria Inés Campos, explicó que «antes de la puesta en marcha tuvimos varias reuniones con el Ajuntament y ofrecimos alternativas pero no fueron atendidas. Nosotros ya hemos notado que tenemos mucha menos gente. Algunos tendrán que cerrar».