La imagen de las aglomeraciones para presenciar los Moros i Cristians no se producirán este año en Pollença. | Pere Bota

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A pesar de la suspensión de todos los actos multitudinarios de las fiestas de La Patrona de Pollença, desde el Ajuntament temen que este fin de semana, especialmente este domingo cuando se debía celebrar el simulacro de Moros i Cristians, se puedan producir aglomeraciones en locales de ocio o en la vía pública.

El alcalde Bartomeu Cifre ha firmado un bando en el que se anuncian una serie de medidas que afectan tanto a los ciudadanos como a los establecimientos de ocio y de restauración del núcleo de Pollença. Para hacer cumplir esta normativa excepcional, durante la jornada de hoy y la de mañana se montará un dispositivo especial de prevención para evitar las infracciones. En este plan participará la Policía Local de Pollença, Guardia Civil, Protección Civil así como personal de la Conselleria d’Interior.

Reuniones

El bando destaca que se considerará infracción grave «la organización de reuniones, fiestas o cualquier tipo de acto esporádico o eventual, que sea de carácter privado o abierto al público, en espacios públicos o privados, en los que se produzcan aglomeraciones que impidan o dificulten la adopción de las medidas sanitarias de prevención». La participación en este tipo de eventos también se tipifica como infracción grave, por lo que en ambos casos corresponden sanciones que oscilan entre 3.001 y 60.000 euros.

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Otros puntos destacados del bando establecen que los establecimientos de ocio y restauración deberán permanecer cerrados este domingo de las 16 a las 19.30 horas y que, en todo caso, deberán cerrar como máximo a las dos de la madrugada. El uso de la barra interior estará permitido hasta las 22 horas y a partir de ese momento los clientes deberán ocupar un asiento.

En cuanto a los servicios en la vía pública, quedan prohibidas las barras exteriores y la dispensación de bebidas a través de puertas o ventanas del local.

Del incumplimiento de estas normas previstas en el bando «serán responsables tanto los autores como los titulares de los establecimientos», según reza el documento. En estos casos se considerará, en principio, una sanción leve y la multa podrá llegar a ser de 750 euros.

Bartomeu Cifre ha insistido estos últimos días en que la voluntad municipal es la de «evitar cualquier tipo de aglomeración. En el programa de actos de las fiestas lo hemos dejado muy claro con la anulación de todos los actos multitudinarios y con el bando queremos reforzar nuestras intenciones. Las medidas incumben tanto a los ciudadanos como a los bares; no podrán decir que no estaban avisados».