Alxexandro Gaffar en la sede del partido en el Arenal.

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Alexandro Gaffar fue hasta el pasado 1 de julio fue el segundo teniente de alcalde de Llucmajor. Ahora sigue los plenos como portavoz de Llibertat Llucmajor y analiza la evolución de sus antiguos socios del equipo de gobierno (PP, C’s, ASI) desde la oposición.

Usted era nuevo en política. ¿Que valoración hace de este primer año?
— Mi primera valoración sería que la política es muy sucia. Hemos recibido insultos de nuestros socios de gobierno. El gran error fue pactar con ASI. Pedimos el área de Transparència para poder controlarlos, pero no ha sido así.

Han habido duras discrepancias entre los socios de gobierno...
— Desde el principio ha faltado voluntad política. Al alcalde le ha faltado autoridad y ha querido acontentar a todos. Algunas discrepancias como la de las terrazas con C’s fue por la mentalidad centralista a favor de Llucmajor pueblo. En el Arenal no conocen a la regidora que se ocupa del núcleo. Además, hay una guerra contra la única asociación de vecinos del Arenal.

¿El problema con los pilones sirvió de excusa para sacarlos del gobierno?
— Sí. Se ha demostrado que solo fue un ‘show’. Hasta el momento nadie ha presentado denuncias en el juzgado. El cese de nuestro asesor fue por considerar que trabajaba más que muchos regidores.

Han pasado unas semanas. ¿Han hecho autocrítica?
— Sí. Hemos tirado demasiado de la cuerda. Hemos sido la mosca cojonera del gobierno. Queríamos que las cosas salieran bien.