El artista Joan Bennàssar entre algunas de sus piezas expuestas en Canyamel. | Curro Viera

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La pintura y la escultura de Joan Bennàssar vuelven a protagonizar otro de los grandes eventos culturales de la Isla en este atípico verano.

Sus piezas se podrán admirar en esta ocasión en la Torre de Canyamel como última escala en su trilogía sobre el esfuerzo humano para superar las adversidades, la fragilidad del futuro y los lazos sociales y culturales. La Torre del jardín de las musas es el título bajo el que se recogen alrededor de una veintena de esculturas, la mayoría de ellas de gran formato y un número similar de pinturas que completan un recorrido por la inspiración mediterránea y humanista de este creador que, con esta tercera gran exposición, se convierte en uno de los grandes protagonistas culturales del año.

Escenario

La Torre de Canyamel es el escenario perfecto para las obras de Bennàssar. Nada más llegar destacan un conjunto escultórico de siete grandes figuras llenas de simbología. Sus formas y color encajan con la piedra de la enorme torre medieval, erigida en el siglo XIII como lugar de vigilancia y defensa de esta zona aún amenazada por los musulmanes.

Una vez en su interior, la planta baja tiene como protagonista a las pinturas de gran formato, en las que la figura femenina, una constante en la obra de Bennàssar, es la gran protagonista.

Sin embargo el visitante encontrará en el piso superior el plato fuerte de esta exposición. Tras subir por la estrecha escalera de caracol se llega a un espacio donde las grandes figuras de Bennàssar encuentran su ambiente ideal, realzado por una gran iluminación.

La inauguración de esta muestra tuvo lugar el pasado viernes con una gran asistencia de público. En la explanada que rodea la edificación se pudieron guardar las distancias de seguridad. Otros artistas como Gustavo se acercaron para conocer de primera mano la propuesta.

Trilogía

Con esta exposición se cierra una trilogía que comenzó hace unos días en Pollença. Allí las escaleras del Calvari, la iglesia de Sant Domingo y diversos puntos de la población también acogen piezas.

Todas ellas, junto a las de Canyamel, forman Raons Humanes, el trabajo que ha tenido ocupado a este creador durante todo el confinamiento.

Según Bennàssar, esta situación anómala no hizo más que acelerar el motor de una idea que rondaba desde hace mucho en su cabeza. Ahora profundiza en sus raíces, y propone disfrutar de la vida en tiempos complicados.