Zona de observación en la que los ‘birdwatchers’ sitúan sus telescopios y que ahora quieren empedrar. | GORA

TW
18

El Grup d’Observadors de Rapinyaires d’Albercutx (GORA) tramita ante la Conselleria de Medi Ambient en colaboración con Seo Birdlife el proyecto de construcción de una plataforma de observación de las aves al pie de la atalaya de Albercuix. La propuesta, que ya tiene informe favorable de Paratge Natural de la Serra de Tramuntana, propone ampliar 11 metros cuadrados la explanada de cemento y piedra que bordea la torre para crear una plataforma estable de observación sobre la que plantar sus telescopios y cámaras.

La plataforma estaría cerrada con un muro de piedra seca de 5 metros de largo y uno de alto. «Se valoraron otras opciones como una plataforma de madera, que se descartó porque si bien es menos invasiva sobre el terreno, tiene un mayor impacto visual, mayor coste y cuando las personas caminan sobre ella hace temblar los trípodes con los telescopios impidiendo una observación de calidad. El uso solo de cemento se descartó por no ser tan estético e integrado como el empedrado planeado», detalla el proyecto de acondicionamiento que tramita Medi Ambient.

Medi Ambient confirmó el martes que el proyecto de GORA y SeoBirdlife (registrado antes de la declaración del estado de Alarma) ya dispone del informe favorable de Paratge Natural y está a la espera del informe de Patrimoni para obtener licencia.

Cabe recordar que la atalaya de Albercuix es un Bien de Interés Cultural (BIC) si bien fuentes de Patrimoni advirtieron al inicio de la tramitación del proyecto que hasta ese momento no se había delimitado su entorno de protección.

Los miembros de la asociación GORA se desplazan desde hace exactamente 18 años a la histórica atalaya del cabo de Formentor para contabilizar las aves que cruzan Mallorca en sus vuelos prenupciales desde África a Europa. La observación mantenida en el tiempo resulta clave para la ciencia. Ofrece nuevos parámetros para medir cuestiones como el cambio climático.

Conscientes de que su proyecto puede despertar el rechazo de parte del sector ecologista, el presidente de GORA Lalo Ventoso, explicó ayer que «como entidad ecologista que somos defendemos hacer un proyecto lo más integrado en el entorno». «La realidad es que hace 18 años éramos 5 o 6 pero ahora hay días que nos juntamos 20 o 30 personas y se han producido varias caídas», añade el presidente del grupo de observadores de aves.