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Unas cincuenta personas esperaban este miércoles por la tarde a que abriera el local de la lonja del Port de Pollença para comprar pescado fresco por primera vez.

El presidente de la cofradía de pescadores del Moll, Joan Suau, junto a otros pescadores se encontraban en el interior preparando el género que a partir de ahora se venderá en la lonja local los miércoles y viernes por la tarde. Todo ello bajo unas estrictas medidas de seguridad y con la esperanza de que el producto que no se saca en la lonja de Palma por el cierre de restaurantes pueda venderse en Pollença.

PEIX POLLENÇA
Un grupo de gente esperando para entrar a la lonja.
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Las expectativas se cumplieron y los clientes iban entrando en parejas a adquirir el pescado. Aunque preveían abrir durante dos horas, poco después de la primera tuvieron que cerrar porque se había acabado todo el producto. Una de las estrellas fue el cap-roig, a 25 euros el kilo, aunque los compradores, la inmensa mayoría locales, pudieron optar por la sepia (17 euros), el gall de Sant Pere (32 euros), el dentón (20 euros), el besugo (27 euros), el sard pequeño o grande (10-15 euros), pulpo (9 euros) o morralla a 10 euros el kilo. La langosta se deberá pedir por encargo.

En el exterior se formó una cola considerable por la expectativa de conocer la oferta pescadera. Muchos de los asistentes supieron de la apertura a través de Ultima Hora y consideraron muy oportuna la iniciativa porque pueden comprar pescado fresco a un precio razonable.

La cofradía dispone de 12 barcas de artes menores que sale cada día. Este jueves abrirá la lonja de 16.30 a 18.30 horas pero Joan Suau cree que ampliarán el horario si se registra tanta afluencia.

PEIX POLLENÇA
Los pescadores junto a varios cajones de pescado.