Las playas urbanas del término municipal de Pollença lucen con banderas rojas ante la prohibición expresa de bañarse decretada en la actual fase de desconfinamiento. A medida que se vayan levantando las restricciones se implantará el servicio de socorristas. | Ajuntament de Pollença

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El Ajuntament de Pollença planea renunciar a la autorización de Costas para la explotación de las playas y, en consecuencia, a sacar a concurso los diferentes servicios. El principal motivo para tomar esta decisión viene motivado porque la Demarcación de Costas aún no ha remitido al Consistorio la nueva autorización de explotación por cuatro años que caducó en diciembre. Ante esta situación, desde el Ajuntament consideran que no hay tiempo material para sacar a subasta los diferentes servicios y, además, prevén que no habrá interés entre los potenciales concesionarios por la incertidumbre con la temporada turística.

Cada año, el Ajuntament de Pollença paga a Costas una liquidación de unos 400.000 euros, que recupera de los diversos explotadores de los servicios en las playas urbanas. El alcalde de Pollença, Tomeu Cifre, considera que «este canon será muy difícil de restituir este año y desde el Ajuntament no explotaremos directamente los servicios». Aún así, Cifre baraja la posiblidad de que Costas acepte una modificación de las tasas a abonar que tenga en cuenta el grado de ocupación.

Peticiones

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Ante estas circunstancias, quien esté interesado en instalar hamacas, abrir un chiringuito, ocupar la primera línea con sillas y mesas o fondear embarcaciones, «tendrá que solicitarlo directamente con Demarcación de Costas», aclara el alcalde Cifre.

Esta situación podría «provocar un caos porque estamos hablando de entre cincuenta y sesenta solicitudes como mínimo», concluye el alcalde.

El Ajuntament, sea cual sea la situación en verano, se compromete a realizar la limpieza del paseo de Albercutx y Tamarells e incluso de las mismas playas si se solicitase desde Costas.

En cuanto al servicio de socorristas, Pollença ha optado por no activarlo por el momento como sí han hecho otros municipios costeros. El alcalde explicó que «todas las playas urbanas están con la bandera roja que indica que está prohibido el baño en la actual fase de desconfinamiento». Una vez se vayan relajando las medidas y se determine «el grado de ocupación de las playas iremos ampliando la cobertura. Hay que tener en cuenta que zonas como Albercutx y Tamarells precisan de 17 socorristas cuando la ocupación es alta y es un servicio que tiene un coste anual aproximado de 400.000 euros». Cifre subraya que para ello se mantendrán reuniones periódicas con la Policía Local y la Guardia Civil, además de estar en contacto con la Conselleria de Interior, para ir registrando el grado de afluencia de las playas.