Este viernes, una de las barcas de bou que salió a trabajar preparando las capturas para salir a la venta. | Assumpta Bassa

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Los pescadores de Cala Rajada se han visto obligados a reducir su jornada de trabajo a la mitad debido a la crisis sanitaria del coronavirus. Según las directrices establecidas desde la organización de productores (Opmallorcamar) la flota pesquera ha establecido turnos de trabajo y solo pueden salir en días alternos.

La preocupación está latente en el sector pesquero. En el muelle día a día los pescadores salen a faenar aplicando el protocolo de seguridad. Pero es muy complicado trabajar en las circunstancias actuales sobretodo cuando la demanda de pescado fresco también se ha visto afectada por el estado de alarma.

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En Cala Rajada intentan poner buena cara al mal tiempo y desde la cofradía de pescadores animan a comprar pescado fresco y a disfrutar del producto local. El presidente de la cofradía de pescadores, Pep Uceda, explicó a Última Hora que «la situación es muy difícil y la verdad es que hay bastantes nervios, estamos pescando la mitad y a todo ello hay que tener en cuenta que si el día asignado hace temporal entonces no puedes salir. Cuando trabajas tiene que ser rentable. La gente no va a los mercados y la temporada turística, a día de hoy es inestable. En verano es cuando servimos más pescado pero ahora hay rumores que algunos restaurantes no abrirán».

Reparto

El punto de venta directo que se abrió en el muelle de Cala Rajada también ha tenido que ser cerrado tras la declaración de estado de alarma. Por ello dos empresas pesqueras de la zona han impulsado el reparto del pescado a domicilio con muy buenos resultados. Miquel Ángel Mercant así lo explicó. «Nos movemos entre 25 y 30 clientes fijos. La aceptación es buena. A las 17 horas llegan las barcas y a las 19 horas intentamos que el pescado esté en las casas. Empezamos en Cala Rajada pero también tenemos clientes en Artà, Canyamel, Sant Llorenç incluso hemos tenido peticiones de Santa Eugenia».