Operarios trabajando en la entrada al municipio de Campos. | Pedro Aguiló Mora

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El estallido de la pandemia del coronavirus no ha provocado, de momento, la paralización de las obras de prolongación de la autopista de Llucmajor hasta Campos.

Sin embargo, sus efectos se dejan notar en la que probablemente es la obra pública de mayor envergadura que se está ejecutando a día de hoy en Mallorca, ya que el estado de alarma decretado el sábado está ralentizando los trabajos, retrasa el final de los mismos y, en consecuencia, aleja en el calendario la fecha de apertura de la nueva vía, prevista inicialmente para finales de este año.

Ultima Hora pudo comprobar este martes in situ que las obras de la nueva vía rápida no se han detenido. La actividad es considerable, sobre todo, en el tramo de entrada a Campos, así como en el sector comprendido entre Son Salí y Païssa, en el límite con el término municipal de Llucmajor, donde la nueva vía cruza la actual y donde estas semanas el concurso de maquinaria pesada está siendo intenso. Asimismo, la cantera de Son Sala Nou, de la que se extrae la tierra para la construcción de la autopista, también permanecía este martes abierta y activa.

Si bien las obras prosiguen, la ralentización de éstas y el inevitable retraso de su final vienen provocados por el descenso de recursos humanos registrado desde el pasado fin de semana. Según un responsable de la Unión Temporal de Empresas (UTE) adjudicataria del proyecto impulsado por el Consell de Mallorca, Copisa-Afex, consultado ayer por Ultima Hora en pleno tajo, el personal de obra ha bajado un 40 por ciento en los últimos dos días. «Estas personas han decidido quedarse en casa tras la declaración del estado de alarma».

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Además, algunas de las empresas subcontratadas por la UTE para realizar trabajos específicos también han parado. Según estas mismas fuentes, se trataría de las sociedades Melchor Mascaró, que se encarga de la instalación del suelo cemento, y Vitrac Obra Pública, cuyo cometido es la extensión de ecoáridos sobre la base de la nueva vía: el polémico material que el activismo ecologista contrario al proyecto llama de manera discutida por el Consell ‘escorias tóxicas’.

«Todo ello implica una reducción de personal bastante importante», sostienen desde la UTE, que advierten también de los efectos que la pandemia está teniendo sobre la distribución de determinados suministros que se «esperan de manera urgente» para poder seguir con la obra cumpliendo los plazos de ejecución marcados.

El Consell parará las obras si el Gobierno central se lo ordena

No pocos de los cientos de ciudadanos que, pese al estado de alarma, aún circulan por la carretera Llucmajor-Campos paradójicamente se preguntan cómo el Consell no ha ordenado paralizar las obras de la autopista. Desde Carreteres responden que las obras continúan y que «se estará a lo que ordene o indique el Gobierno.

No hay ninguna instrucción al respecto, ya que el decreto de estado de alarma no entra en ello. No tenemos competencias para paralizar un sector (el de la obra pública) que el Estado mantiene activo»,.