Los especialistas del Bisbat han desmontado estos días las piezas del rosetón que no se desprendieron durante el temporal. | Àrea de Patrimoni del Ajuntament de sa Pobla

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Los técnicos del Bisbat han comenzado las tareas para devolver a su estado original el rosetón de la iglesia parroquial de Sant Antoni de sa Pobla.

Esta pieza patrimonial sufrió graves desperfectos en la noche del 19 al 20 de enero durante el paso de la borrasca ‘Gloria’, cuando dos de los segmentos que conformarn el rosetón cayeron a la zona del coro a causa del viento.

Estos días se ha procedido al desmontaje de todo el conjunto para su inspección y, a su vez, se ha colocado una lona en el hueco que ha dejado en el centro de la fachada del portal principal del templo que permanecerá instalada hasta que se vuelva a restaurar el rosetón. Los técnicos del Bisbat evalúan ahora la hoja de ruta a seguir y si se debe emprender una restauración más profunda más allá de la reparación de los dos cristales y arreglos en la estructura de este elemento que data del año 1706 y que tiene un diámetro cercano a los tres metros.

Patrimonio

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Desde el área de Patrimoni de sa Pobla se ha sugerido al Bisbat que se proceda al refuerzo del marco circular que sostiene los vitrales. Curiosamente, los elementos metálicos que se instalaron en una anterior reparación se encuentran en peor estado que los de madera originales.

Desde el Bisbat no han facilitado ningún plazo, pero fuentes parroquiales sugieren un periodo cercano a los seis meses. El desprendimiento de parte del rosetón fue detectado por el rector Felip Salvador Díez en la mañana del 20 de enero. El alcalde de sa Pobla, Llorenç Gelabert, se desplazó hasta la iglesia con operarios de la brigada pero desde el Bisbat se ordenó que no se tocara ninguna pieza. Al día siguiente, un técnico del Bisbat se desplazó para evaluar los daños y realizar un informe previo para la restauración.

Enero de 2014

No es la primera vez que se restaurará el rosetón de la iglesia parroquial de Sant Antoni. En esa ocasión se procedió a remplazar la estructura de la reja exterior, que era de madera, por otra metálica. Las inclemencias meteorológicas y el paso del tiempo también habían dañado algunos cristales del conjunto que corona el centro de la fachada del portal principal de templo.

En este sentido se sustituyeron por otras piezas de vídrio que conservaban la sintonía cromática con el resto. Los trabajos tuvieron un coste aproximado de 3.000 euros.