El Ministerio de Política Territorial y Función Pública ha transferido ya al Consell de Mallorca el 64 por ciento de las ayudas.

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El Ministerio de Política Territorial y Función Pública ha transferido ya al Consell de Mallorca el 64 por ciento de las ayudas para reparar infraestructuras dañadas por el temporal que sufrió el Llevant de la Isla en octubre de 2018.

En total, el Ministerio ha pagado ya 11.467.216 millones de euros, correspondientes a la subvención para reparar las infraestructuras públicas, según ha informado este viernes la Delegación del Gobierno en Baleares. En concreto, se subvencionan 44 proyectos.
Del total recibido, el Consell de Mallorca se queda una parte (casi 7,5 millones para 20 proyectos) y es el encargado de repartir el resto de los fondos a los cinco ayuntamientos afectados según la asignación hecha por el Ministerio.

El que más recibirá será el de Sant Llorenç des Cardassar, el municipio más afectado, que tiene once proyectos de reparación. Recibirá 3,29 millones. Le sigue Artà con 356.990 euros para un proyecto; Capdepera con 135.948 euros que se dividen en tres proyectos; Son Servera con 97.459 y ocho proyectos; y Manacor con 81.773 euros y un proyecto.

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La mayoría de los proyectos ya han sido ejecutados. El Estado subvenciona el 50 por ciento de los gastos de reparación de las infraestructuras dañadas por las inundaciones. De la mitad restante se hacen cargo los mismos ayuntamientos y el Govern.

De la parte que corresponde al Ministerio, de momento se ha abonado el 85 por ciento del coste de los proyectos, con arreglo a la partida presupuestaria de 2019. El 15 por ciento restante se librará cuando estos trabajos se justifiquen. Representan el 63,74 por ciento de los casi 18 millones de euros que aprobó el Consejo de Ministros el pasado 31 de octubre.

La zona de Llevant sufrió la tarde del 9 de octubre de 2018 un episodio de fuertes lluvias que provocaron inundaciones. El caudal del torrente pasó de 70 metros cúbicos por segundo hasta los 513 m3/s en apenas 15 minutos, y el agua alcanzó una velocidad de 50 km/h. El fenómeno dejó 13 víctimas mortales, uno de ellos un niño de cinco años, e importantes daños materiales.

La localidad más perjudicada fue Sant Llorenç des Cardassar, un municipio de unos 8.000 habitantes. La búsqueda de víctimas duró días y se movilizaron miles de voluntarios civiles.