Las lamparas de la ‘Llum del Purgatori’ fueron de las más fotografiadas. | LAURA BECERRA

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La apuesta, la genialidad, de Sineu por poner en valor su patrimonio local tiene un nombre, Contrallum. La noche del pasado sábado la lluvia no fue obstáculo para que miles de personas se acercarán a deambular por las calles oscuras de la vila primera. Allí les esperaba el Contrallum, una propuesta diferente para disfrutar del patrimonio. Así, se utiliza la luz ya sea mediante juegos o la iluminación de objetos o espacios para poner en valor rincones patrimoniales tan emblemáticos como la iglesia parroquial, el oratorio del Hospital, ca ses Monges, el celler del Bisbe, el Mercadal o una simple chimenea, una calle de escalera o el parque de juegos infantiles de es Fossar.

En la segunda edición con un recorrido circular se pudo observar el valioso trabajo que más de 50 personas de la localidad realizaron. Todo para mostrar sus valores patrimoniales en un pueblo a oscuras en el que solo los elementos relevantes tenían luz.

La lluvia solo provoco la suspensión de uno de los 11 puntos del recorrido que mostraban un Sineu diferente. La masiva afluencia de visitantes provocó que los célebres cellers o bares y restaurantes de la localidad se quedarán sin mesas para dar de cenar.

Los organizadores mostraron su satisfacción por la gran asistencia de visitantes con un público especialmente joven que de esta manera se acerca al patrimonio. Sin duda, Sineu, ha creado un nuevo concepto para acercarse al patrimonio histórico.

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