Las lechonas centraron la atención de los más pequeños. | Lola Olmo

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El Concurs Morfològic de Porc Negre Mallorquí es uno de los elementos que mantienen la conexión de la gran feria de Inca con sus orígenes payeses. Unos treinta criadores de este animal de raza autóctona participaron en este certamen que pone en valor los rasgos morfológicos de un animal de granja que estuvo a punto de extinguirse tres décadas atrás, cuando nació la Associació de Ramaders de Porc Negre Mallorquí.

En esta XXVII edición del concurso, siete criadores se han impuesto en alguna de las categorías. En Porcastres, el primer premio fue para Pere Antoni Company, de la finca Tagamanent, en Montuïri; mientras que Tomeu Torres, presidente de la asociación durante estos 30 años, quedó en segundo lugar con sus ejemplares criados en Els Morers, en Sineu. En Verretells, el primer premio recayó en Maties Ramis, de Son Creixell, también en Sineu, y el segundo para Tomeu Martorell, de la finca Es Rancho Grande, en Son Serra de Marina.

Este criador logró imponerse además con el primer premio en la categoría de Truges, mientras que en segundo lugar quedó Biel Company, de Tagamanent. En cuanto a Verro, el mejor ejemplar fue el presentado por Tomeu Torres, y el segundo, el de Guillem Grimalt, de Es Puig Verd, en Felanitx. El porc negre mallorquí es un producto competitivo para el sector, y su continuidad está asegurada, con más de 1.200 hembras reproductoras. «Estamos recogiendo el trabajo realizado los últimos ocho años desde la asociación, investigando y difundiendo la calidad de la carne de porc negre, de sus grasas y de las porcelles» explica Torres.

En la Plaça des Bestiar, además de los corrales de porc negre, otra muestra de animales, como ovejas, vacas, ocas, perros y hasta un burro en plena faena o aves rapaces, hicieron las delicias de niños y adultos.