Este año se recogerá menos cantidad de uva pero será de mayor calidad. SANTA MARIA DEL CAMÍ: Tradicional berenar de las Bodegas Macià Batle. Empieza la vendimia. Viñas. Viñedo. Fotos: Bárbara Cordero. | Bárbara Cordero

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Las lluvias que cayeron el pasado martes sobre los campos de vid, lejos de causar desperfectos, han favorecido la limpieza y maduración de la uva en la recta final de la cosecha y en el inicio de la temporada de vendimia.

Así lo han confirmado los principales responsables de la Denominación de Origen de Binissalem y del Llevant, José Luis Roses y Antoni Bennàsar, respectivamente, que coinciden en que «la cantidad de agua que ha caído ha sido muy positiva para los viñedos porque como no ha caído muy fuerte en nuestra zona ha limpiado la uva y no la ha dañado».

Además, Bennàsar asegura que ahora las plantas tienen más agua a su disposición, «lo que favorece que el grano se hinche y que baje un poco el grado de alcohol». Por su parte, Roses ha aseverado que estas precipitaciones han dado un poco más de fuerza a la uva para terminar de madurar. «Bienvenida sea esta lluvia», concluye.

Por otro lado, con motivo del tradicional berenar de verema de las Bodegas Macià Batle, el director general, Ramon Servalls, explicó este miércoles que la cosecha de este año está claramente marcada por la sequía y que «esta lluvia moderada ayudará a recuperar algunas de las variedades que se van a vendimiar un poco más tarde, como las tintas», dijo durante el berenar.

En cuanto a las cifras de la cosecha, Servalls señaló que, teniendo en cuenta las hectáreas que ya han vendimiado, «hay una disminución aproximadamente del 20 por ciento respecto al año anterior, pero que, en cambio, la calidad será muy buena». No obstante, calcula que podrían llegar a recoger un millón de kilos de uva.