La parte más dañada cada temporada suele ser el extremo norte, dejando las rocas al descubierto. Pero en la actualidad toda la playa está afectada, tanto la parte de Sant Llorenç como la de Son Servera. Desde los ayuntamientos han recibido muchas quejas . | Assumpta Bassa

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La mala situación de la playa de Cala Millor por la constante pérdida de la arena así como la falta de soluciones por parte de la Demarcación de Costas ha movilizado a los ayuntamientos de Sant Llorenç, Son Servera y a la asociación hotelera que, a través del Consorcio de Cala Millor, se plantarán en Madrid para exigir una regeneración integral.

La presidenta del Consorcio, Margalida Vives, así lo explicó a este periódico. «Este año la playa está fatal. Hay que entrar con zapatos en el agua. Tenemos múltiples quejas de los touroperadores, de los turistas y también de los residentes. Desde el Consorcio nos hemos reunido varias veces con Costas pero hasta el momento no nos han dado ninguna respuesta. Ante esta ineficacia no nos quedará mas remedio que ir a Madrid», explica.

Desde el Consorcio aseguran estar cansados de pedir soluciones desde hace años sin obtener respuesta. Con el temporal de 2017 la playa sufrió una gran pérdida de arena modificando su perfil y dejando la playa con las rocas al descubierto. La presidenta, en nombre del Consorcio, explicó que «en este momento fuimos a Costas a pedir ayuda. Nos dijeron que teníamos que tener un estudio y lo encargamos al Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria, que están especializados en el tema. Dieron propuestas para regenerar las zonas más dañadas pero no hubo respuesta».

En abril de 2019, tras un nuevo temporal, la playa volvió a presentar un aspecto lamentable. Vives explicó que en ese momento «volvimos a ponernos en contacto con Costas, enviamos un reportaje con fotos y con las soluciones temporales con un nuevo informe que nos ha hecho ahora la Universidad de Cantabria. Aunque no es de nuestra competencia estaríamos dispuesto a pagar estas actuaciones. Solo nos hace falta la autorización. Y Costas nos ha dicho que en agosto no dan cita. Es indignante».

En el informe elaborado por el Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria se concluye que la playa seca ha experimentado una pérdida de arena en torno a los 11.400 metros cúbicos y un retroceso de la línea de costa de entre 5 y 15 metros en el último invierno. La arena erosionada se ha depositado en el perfil bajo de la playa llegando a acumularse unos 70.000 metros cúbicos.