En el consistorio ven la donación como una oportunidad para mejorar los equipamientos socioculturales del municipio, en especial en la zona del Pont d’Inca donde se ubican. | Ultima Hora

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La emblemática planta de bebidas PepsiCo del Pont d’Inca, en Marratxí, se convertirá en un espacio sociocultural para el municipio. La multinacional anunció este jueves que ha donado al Ajuntament el solar y el edificio donde estaba ubicada su antigua planta embotelladora. La única condición que interpone al consistorio de Marratxí es que este se destine a iniciativas educativas, recreativas o socioculturales en beneficio de la comunidad.

La firma de la donación se materializó este mismo jueves y la compañía ha elaborado y compartido con el consistorio los informes medioambientales y técnicos elaborados por una empresa externa previos a la cesión de la fábrica.

Por su parte, desde el Ajuntament de Marratxí se mostraron muy satisfechos por esta donación y aseguran que desde que se dio a conocer el cierre de la planta tienen proyectos sobre la mesa para ubicar en estas instalaciones. Aseguran que esta donación es una oportunidad para mejorar los equipamientos socioculturales del municipio, en especial en la zona del Pont d’Inca donde se ubican.

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Las instalaciones de la fábrica están ubicadas en la calle de Sant Llatzet y según algunas estimaciones, el conjunto del solar podría estar valorado en unos dos millones de euros.

Cabe recordar que la fábrica echó el cierre hace ahora un año después de 56 años de historia y de embotellar refrescos. La historia de la planta se remonta hasta el año 1963 cuando la empresa de refrescos vasca Kas empezó la andadura de la fábrica. Fue precisamente Jaume Trías, único accionista en la Isla de la empresa Mallorquina de Bebidas Carbónicas, quien aportó los terrenos donde se ubicó el centro de embotellado. Precisamente, recuerdan que en aquel momento las instalaciones eran de las más avanzadas de la época, por lo que el trabajo fue mucho.

La multinacional PepsiCo adquirió la planta en la década de los años noventa y la mantuvo operativa hasta el enero de 2018 cuando tuvo que cerrar y sus 27 trabajadores se vieron afectados. Según un comunicado emitido por la propia multinacional, la empresa cesó aquella actividad por una «confluencia de factores como los bajos niveles de uso de su capacidad y determinadas limitaciones técnicas y operativas por sus dimensiones, antigüedad y ubicación en el centro urbano de la población».

La directora de Relaciones Institucionales de PepsiCo, Marta Puyuelo, asegura que «estamos contentos de que las instalaciones puedan volver a abrir sus puertas para albergar iniciativas en beneficio de la comunidad».