La carretera del Port Vell está en malas condiciones. Se trata de una vía muy estrecha para la cantidad de tráfico que soporta.

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El Ajuntament de Son Servera ha mostrado su malestar a raíz de la continuada demora en la reforma de la carretera del Port Vell, una obra que fue adjudicada en 2011. Se trata de un reivindicado proyecto, competencia del Consell, y que lleva pendiente casi una década. El hallazgo de unas termas romanas en 2012 en esta vía al iniciarse las obras obligó a modificar el proyecto con el objetivo de salvaguardar este patrimonio arqueológico. A día de hoy la ampliación de la carretera MA-4032 no ha sido ejecutada.

Este retraso perjudica a los vecinos de la localidad ya que se trata de una vía que ofrece dificultades en la circulación y en la que se han registrado varios incidentes. Así lo explicó a este periódico el alcalde de la localidad, Antoni Servera, que expuso su preocupación al respecto.

«El Consell hace años adquirió el compromiso de ampliar la carretera del Port Vell. Se trata de una vía muy estrecha para el tráfico que soporta, en la que últimamente ha habido varios accidentes». Servera añadió que «nos hemos reunido en varias ocasiones con el Consell y le hemos planteado la necesidad urgente de actuar. Seguiremos insistiendo porque es una reivindicación histórica. Han pasado más de dos legislaturas y esta necesaria reforma todavía sigue sin llevarse a cabo», lamenta.

Este proyecto ha sufrido una serie de vicisitudes desde su adjudicación. En 2012, mientras se ejecutaban las obras, se localizaron las termas romanas y se paralizó el proyecto.

Posteriormente, en el mes de diciembre de 2015, la consellera de Territori i Infraestructuras del Consell, Mercedes Garrido, presentó en Son Servera un modificado del proyecto para conservar las termas y anunció que las obras empezarían en 2016. La propuesta del Consell era desviar la vía unos metros para evitar pasar por los restos hallados y conectar con la carretera que ya existía. Una modificación que variaba considerablemente el objeto del contrato inicial.

«Desde el Consell nos dicen que el proyecto está en camino pero hace muchos años que esperamos. Pedimos una solución urgente. Al menos que nos dejen tapar parte de las termas», añade el alcalde.

A mediados de 2017 el proyecto sufre un nuevo revés y es que la Sindicatura de Comptes obligó al Consell a resolver el contrato y a convocar un nuevo concurso para que otras empresas se pudieran presentar ya que había cambiado mucho.

El Consell tuvo que indemnizar a la empresa concesionaria por valor de un tres por ciento de las obras ejecutadas, que ascendía aproximadamente a unos 40.000 euros. Se aprobó la resolución del contrato y tenía que redactarse un nuevo proyecto para sacarlo a adjudicación.

A finales de 2017 el Consell acordó la declaración de Be d’Interés Cultural del yacimiento de las termas romanas de Son Sard.