Los ‘margers’, ante el tramo de la carretera que cedió el pasado 1 de febrero en medio de una tormenta de lluvia y viento. | M. À. Cañellas

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Construida entre 1888 y 1893 la carretera de Inca a Lluc es la mayor obra pública civil del ingeniero Eusebi Estada en las islas. Entre otras maravillas incluye un muro continuo de pedra en sec de más de un kilómetro lineal y 12 metros de altura, el segundo más alto de Mallorca por detrás del que el ingeniero Parietti diseñó para la Calobra. Es posiblemente uno de los tramos de carretera más fotografiados de la Isla, pues sostiene la vía en un juego de equilibrios magistral a la altura del Salt de la Bella Dona. Así ha sido al menos durante 126 años.

El asfalto cedió el 1 de febrero en medio de una fuerte tormenta de lluvia y viento, lo que obliga al Consell a afrontar una reparación sin precedentes. De momento ya ha comenzado a hormigonar la fuente natural que hay justo en la curva derrumbada, para espanto de los margers que hacen un llamamiento público al sentido común para la conservación de un bien ancestral.

El gremio de margers se desplazó este jueves a la zona para exigir al Consell que haga del «problema» una «gran oportunidad» y declare la carretera de Inca a Lluc y la carretera de la Calobra Bien de Interés Cultural (BIC) afrontando su reconstrucción con la técnica tradicional. Teme que, como ha ocurrido en otros tramos, se construya una base de hormigón para forrarla después de piedra. «Pedimos al Consell que no eche más hormigón y que en las próximas semanas cree una mesa técnica interdisciplinar que emita un informe científico que avale la reconstrucción del muro con la técnica de pedra en sec», dice Lluc Mir, presidente del gremio.

Los margers son conscientes de la dificultad de que un ingeniero firme la reconstrucción tradicional al no existir en Mallorca informes científicos que avalen su seguridad, informes que sí existen en Francia. «La mayor prueba de que funciona es que ha aguantado 126 años», dicen.

Recuerdan que la técnica de pedra en sec ha sido declarada este invierno Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y que durante el trámite el propio Consell calificó la carretera de Lluc como «la máxima expresión y perfeccionamiento de la técnica de construcción». «No se está arreglando un pedazo de una carretera, sino interviniendo en un monumento histórico», advierten.