Los trabajadores han cerrado el acceso a la fábrica con bloques. | Lola Olmo

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Los trabajadores de la fábrica de Cemex han endurecido su protesta con el cierre de los accesos a la fábrica de Lloseta con bloques de hormigón. Además, se turnan en la vigilancia para impedir que entren al recinto los camiones cargados con cemento para ser envasado, ni que salgan cargados con sacos, una protesta que podría desabastecer al mercado insular si se prolonga durante una semana.

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En Mallorca solo existe otra empresa que preste los servicios de ensacar el cemento que se importa, pues con el cese de la producción en Lloseta ya no existe el cemento fabricado en la Isla. Los empleados que continúan en sus puestos de trabajo realizan labores de envasado, limpieza y mantenimiento de la planta, mientras esperan que se despeje su futuro laboral tras el Expediente de Regulación de Empleo presentado por Cemex el pasado 14 de enero y que pone en peligro 85 puestos de trabajo. Pese a la lluvia y al viento, los operarios continuaban este viernes su protesta en el recinto exterior. Allí recibieron la visita de la Guardia Civil, aunque no se produjo ningún incidente y la protesta es pacífica.

El comité de empresa reiteró este viernes su predisposición para convocar una nueva reunión con Cemex lo antes posible, sin esperar al próximo martes que es cuando está prevista una nueva reunión en Madrid de la comisión que negocia los términos del ERE. «Lo que tenemos claro es que la oferta social que nos hicieron llegar el jueves es insuficiente y nos queremos sentar a negociar a partir de algo que sea realmente atractivo para la plantilla», explica Vicenç Villalonga, presidente del comité de empresa. La oferta que Cemex puso sobre la mesa fue despedir a los trabajadores con una idemnización a razón de 26 días por año trabajado hasta un máximo de 18 mensualidades. «Totalmente insuficiente para salir adelante con el mercado laboral actual», dicen.