La asamblea de trabajadores de Cemex que ha tenido lugar este jueves en Lloseta. | Redacción Part Forana

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Los trabajadores de la fábrica de cemento de Lloseta han pasado a la acción. Tras las infructuosas negociaciones con la empresa Cemex, que el pasado 14 de enero presentó un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afecta a 85 empleados, estos se turnarán para impedir tanto el acceso a las instalaciones de Lloseta de los camiones cargados de cemento para envasar, como la salida de este material en sacos para su distribución.

Además, el próximo 11 de febrero participarán en una huelga de 24 horas convocada en todas las fábricas de Cemex en España, y a las 11 horas de ese mismo día, en una concentración ante la sede de la Embajada de México en Madrid contra el cierre de las fábricas de Lloseta y de Gádor (Almería), con un total de 188 puestos de trabajo en peligro.

El bloqueo de la fábrica de Lloseta comenzó hacia las dos de la tarde de este jueves y continuará hasta que se alcance un acuerdo entre empresa y trabajadores, algo que parece lejos de ocurrir después de que el miércoles finalizara sin acercar posturas la quinta reunión entre Cemex y los 13 representantes sindicales.

Las acciones de protesta fueron acordadas en una asamblea celebrada durante la mañana de este jueves, en la que los sindicalistas de CCOO y UGT explicaron a la plantilla la oferta realizada por Cemex apenas 15 minutos antes de comenzar la reunión de los trabajadores.

En conjunto, Cemex plantea recolocar a unas 148 personas de las 188 afectadas por el cierre de las fábricas de Lloseta y de Gádor, mientras que para los que sean despedidos, la empresa de capital mexicano ofrece unas indemnizaciones a razón de 26 días por año trabajado hasta un máximo de dieciocho mensualidades.

El presidente del comité de empresa de la fábrica de Lloseta, Vicenç Villalonga, explica que la decisión de la plantilla viene motivada por la falta de transparencia de la empresa en relación a este ERE. «No nos ofrecen la documentación que pedimos desde hace tiempo; no hemos visto los números y el cierre de la fábrica es una decisión puramente empresarial, no hay una causa económica».

Respecto a la posibilidad de que algunos trabajadores se puedan recolocar en otros centros de trabajo de Cemex, Villalonga recalca que para los empleados de Lloseta es más difícil, pues a falta de estudiarlos con detalle, los puestos que se ofertan son en la Península, lo cual implica dejar a la familia aquí o tener que desarraigar a todos los miembros, esposas e hijos». Hay dos factores que influyen negativamente en las posibilidades de recolocación. Por una parte la edad, pues los mayores de 45 ya tienen más dificultad de acceder al mercado laboral; y por otro. la falta de otras industrias del sector.

Los empleados muestran su decepción por el plan de reindustrialización presentado por el Gobierno y el Govern balear. Lamentan que las plantas de hidrógeno y fotovoltaica anunciadas por la ministra Reyes Maroto apenas requieren 14 puestos de trabajo, cuando hay 85 en juego.