Imagen de los restos hallados en la fosa de Llucmajor. | Pedro Aguiló Mora

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Tras cuatro días de trabajos de exhumación, los arqueólogos forenses de la Sociedad de Estudios Aranzadi hallaron este viernes los restos de tres de los cuatros hombres represalidados durante los primeros meses de la Guerra Civil y que tras ser asesinados fueron enterrados en la fosa común del cementerio de Llucmajor. Se trata de Macià Salvà, Miquel Martorell, Sebastià Vidal y Antoni Oliver.

Según la directora de la excavación, la arqueóloga forense Almudena García–Rubio, uno de los esqueletos hallados corresponde con absoluta seguridad a Macià Salvà. En cuanto a la identidad de los otros dos cuerpos, uno podría corresponder al de Miquel Martorell y el tercero aún no ha podido confirmar su identidad. No obstante, «podemos afirmar que son las personas que estábamos buscando», asegura García–Rubio.

Dos de los tres esqueletos completamente exhumados este viernes –el de Salvà y el de la víctima no identificada– traumas perimortem por impacto de bala en el cráneo y las marcas de autopsia descritas en los sumarios judiciade 1936. Asimismo, el cuerpo del primero estaba enterrado boca abajo y el del segundo de costado.

Además de la consellera de Cultura, Fanny Tur, y el alcalde de Llucmajor, Gori Estarellas (PSOE), se desplazaron hasta el cementerio de la localidad los familiares de Macià Salvà y Miquel Martorell.

Los descendientes de Salvà, sus nietos Martina y Guillem Roca Salvà, reconocieron que el hallazgo de los restos de su abuelo ha sido una noticia «inesperada».