El desbordamiento del torrente de Sant Jordi ha causado daños materiales en viviendas pero también en explotaciones agrícolas, caminos de montaña y paredes secas del municipio de Pollença. La tromba de agua del viernes se llevó por delante muchos cerramientos de rejilla y se han perdido animales. | Redacción Part Forana

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«No se entiende que Pollença entre en las ayudas de zona catastrófica. Lo que ha ocurrido allí nada tiene que ver con el fenómeno de Llevant». Así de contundente se mostró este domingo la consellera de Hisenda i Administracions Públiques, Catalina Cladera, durante la Trobada de Cossos d’Emergències en Inca.

Cladera confirmó que el director general de Emergències, Pere Perelló y varios técnicos, se desplazaron el sábado a Pollença para evaluar los daños que provocó el desbordamiento de torrentes. Considera que «tenemos que evaluar los daños agrícolas y materiales pero una situación nada tiene que ver con la otra y no se entiende que entre en la zona catastrófica como solicita el Ajuntament».

Pérdidas agrarias

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El desbordamiento del torrente de Sant Jordi causó el viernes daños importantes en viviendas, caminos, y fincas agrícolas y se han perdido animales. Hoy está previsto que el conseller Vicenç Vidal se desplace a la zona acompañado de los técnicos del Fogaiba para reunirse con los responsables municipales y con miembros de la cooperativa payesa.

Vidal avanzó este domingo durante su asistencia a la subasta de xots y corderos de Inca que «se hará un informe y se abrirá un censo para que los payeses declaren los daños y se genere una línea de ayudas acotada».

Vidal dijo que aún es «pronto» para conocer el alcance real de los daños porque muchos animales están perdidos. «Hay que volver a juntar las guardas y valorar los daños», dijo. Por eso, explicó, los payeses tendrán un plazo de un mes (ya se ha hecho así en sa Pobla anteriormente y también en Llevant) para pedir las ayudas que serán de entre un 40 y un 80% dependiendo de los seguros.