El viernes 5 de octubre finalizó la recogida de uva en la DO Binissalem con la variedad manto negro. | Redacción Part Forana

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La campaña de la vendimia, especialmente complicada este año por las copiosas lluvias registradas en los meses de agosto y septiembre, se cerró el viernes 5 de octubre en la DO Binissalem con un incremento de un 3,2 por ciento en la producción respecto a la vendimia 2017. El aumento de cifras podría haber sido aún más espectacular (tras dos años de intensa sequía) pero el exceso de humedad no ha puesto las cosas fáciles.

La producción total destinada a la elaboración de vino ha sido de 1.611.003 kilos, un 3,2 por ciento superior a la del año pasado. Del total de uva recogida un 74 por ciento corresponde a variedades negras y un 26 por ciento a variedades blancas. Las variedades autóctonas siguen marcando tendencia y representan ya un 53 por ciento del total.

«Realmente es una campaña muy productiva a pesar de las inclemencias. Veníamos de dos campañas marcadas por sequías muy duras con muy baja producción debido al estrés que arrastraba la planta y este año éramos muy optimistas. Teníamos una primavera de libro y reserva de agua pero empezó a complicarse con las lluvias», explica Marga Amat, gerente de la DO Binissalem.

La lluvia ha obligado a los viticultores y cellers a vigilar la amenaza de hongos y a realizar una cuidada selección del fruto en el campo y en los cellers. «De hecho parte de la uva ha acabado pudriéndose y se ha tenido que tirar. De no ser así el incremento de producción habría sido de récord», dice Amat.

La gerente de la DO Binissalem explica que, en este sentido hay zonas impecables, que apenas se han visto afectadas y otras en las que se ha tenido que descartar la producción.

«Finalizada la vendimia los enólogos trabajan ahora en las elaboraciones para sacar el máximo potencial de cada variedad y obtener vinos singulares de la máxima calidad», dice Amat. Precisamente el uso de variedades autóctonas es el que marca la singularidad de los vinos de la DO Binissalem.

En los últimos años las variedades locales son tendencia pasando de la elaboración y comercialización de vinos con un mínimo de un 30 por ciento de variedades locales a tener ya varias vinos monovarietales de Mantonegro.

Las variedades locales vendimiadas este año son Mantonegro, Moll, Giró y Gorgollassa. El campo de crecimiento de viña de Biniagual ha permitido sembrar nuevas viñas autóctonas en Mallorca pese a las dificultades derivadas de las restricciones a las exportaciones de material vegetal.

La DO Binissalem cuenta ya con 13 bodegas inscritas (cinco de ellas de Binissalem) y unas 600 hectáreas de viñas. En los últimos años algunas fincas se han dado de baja a la vez que se han producido nuevas inscripciones de viñas jóvenes que ahora están en plena producción. La última campaña de la vendimia comenzó el 16 de agosto.