El borrador del nuevo PORN del Parc Natural de Mondragó plantea la prohibición de instalar hamacas y sombrillas en la arena de las playas de la zona protegida. | Miquel Àngel Llabrés

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La Conselleria de Medi Ambient restringirá el número de personas que podrán acceder a las playas del Parc Natural de Mondragó, en Santanyí, considerando que la capacidad de carga en las calas se calculará bajo el criterio de que la superficie de arena óptima es entre 10 y 15 metros cuadrados por persona.

La Direcció General d’Espais Naturals i Biodiversitat afronta la modificación del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) de Mondragó, una esmerada revisión de la normativa que se aprobó en 1992. La zona, además de declararse parque natural, también es Área Natural de Especial Interés (ANEI) y forma parte de la Xarxa Natura 2000 como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Lugar de Interés Comunitario (LIC). El parque cuenta con 700 hectáreas de las cuales el 90 por ciento son propiedad privada.

El borrador, que ya se ha hecho llegar a las partes implicadas –Ajuntament de Santanyí, propietarios y empresas turísticas–, contempla otras medidas restrictivas que ya han causado cierto malestar entre los afectados.

El documento plantea la supresión de todos los servicios de las playas, es decir hamacas y sombrillas, así como la demolición de los dos actuales chiringuitos, que se tendrían que adaptar a la nueva normativa. Estos establecimientos tendrían que ser desmontables y de tan solo 20 metros cuadrados de superficie –como los de es Trenc–, o trasladarse fuera de la zona de arena.

Otro de los aspectos que es objeto de regulación es el de los aparcamientos. Se mantendrán los dos actuales, pero no se atiende la petición municipal ante la necesidad de contar con más plazas para evitar estacionamientos irregulares en el perímetro. También se descarta la llegada de un bus hasta la Font de n’Alis.

La propuesta de la Conselleria de Medi Ambient también regula los usos turísticos de la zona. Por una parte se prohíbe la llegada de embarcaciones de recreo lucrativo, es decir la golondrina que ofrece una excursión desde Portopetro hasta las playas de Mondragó o cualquier actividad que pueda distorsionar la paz del entorno.

El paso de ciclistas o de caballos quedará regulado por caminos específicos asfaltados y se prohibirán también las pruebas deportivas.

Otra de las regulaciones afecta al modo de llevar a cabo la limpieza de las playas. Se impone el sistema tradicional y no queda claro si se podrá mantener el uso de tractores como hasta ahora.

También se reserva la posibilidad de retirar los contenedores de recogida de residuos, la regulación de la caza en las fincas afectadas o el uso agrícola de los terrenos que lleven en desuso desde hace unos años para proteger la flora autóctona.