Por la revista durante casi 60 años han pasado muchos directores y colaboradores. La publicación ha ido creciendo y evolucionando. | A.B.

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El día 5 de enero de 1960, fruto de las inquietudes culturales de un grupo de artanencs, veía a la luz el primer ejemplar de la revista Bellpuig.

Empezó su andadura mensual y a partir de junio de 1980 pasó a ser quincenal. Hoy es el referente de la información local, reflejo de la vida y de la sociedad que llega puntualmente, no solo a los hogares del municipio sino que se reparte a diferentes puntos de la comarca e incluso viaja hasta Santo Domingo. Tras muchas vicisitudes, diferentes directores y colaboradores, cincuenta y ocho años después de esta aventura inicial, el 25 de mayo de 2018 la publicación ha llegado a su número 1.000 con una buena salud. Ya en 2010 celebró sus bodas de oro con una gran fiesta, tal y como se merece esta efemérides.

En 2008 la revista dejó de depender de la parroquia y pasó a constituirse una Fundació. Su presidente, Guillem Bisquerra, ha estado al pie de la noticia más de cuatro décadas. Desde 2015 la dirección recae en Bartomeu Caldentey y Juanjo Suñer. «Cuando se impulsó la revista el objetivo era expandir la cultura en el pueblo. El primer número que se publicó tenía cuatro páginas y hoy la media está en 50».

Bisquerra recordó que «la manera de trabajar ha evolucionado mucho. Todavía me acuerdo de los inicios, trabajábamos con los tipos, se cogían los originales y se llevaban a imprenta. Había mucho altruismo y muchas ganas de colaborar. Hoy ha cambiado todo un poco».

Caldentey hizo una valoración muy positiva de este tiempo al frente de la revista. «Es muy gratificante trabajar en tu pueblo con la actualidad del día a día». Le encantaría que «hubiera implicación de gente para colaborar en la revista y también apoyo institucional». Y el reto para el futuro es crear también una revista digital.