La planta embotelladora del Pont d’Inca se puso en funcionamiento en el año 1963.

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Este jueves echa el cierre la planta embotelladora de Pepsi del Pont d?Inca, un cierre que se anunció el pasado mes de enero y que afecta a 27 trabajadores. La empresa mantiene, por contra, su centro de distribución en sa Cabana.

Prácticamente desde que antes de que se anunciara la clausura la producción cesó en la planta, que Pepsi podría mantener como centro de distribución y logística. De hecho, cuatro de los trabajadores seguirán trabajando en este centro en estas tareas. El resto ha sido o bien reubicados, o bien prejubilados o han sido despedidos después de alcanzar un acuerdo en cuanto a las indemnizaciones. De todos modos, parece que la situación es de descontento.

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La empresa ha sostenido desde el principio que la embotelladora del Pont d?Inca es «inviable económicamente» y que la producción se había ido reduciendo de forma notable en los últimos tiempos. A ello suma el hecho de la ubicación del centro, en un lugar de complicado acceso para los camiones de grandes dimensiones que se precisan en una planta de estas características.

MARRATXI . EMPRESAS. El alcalde, abierto a buscar una solución al cierre de la planta de Pepsi

El Ajuntament de Marratxí, a través de su alcalde, Joan Francesc Canyelles (Més), se ofreció para mediar en el conflicto y encontrar una salida para los trabajadores que se han visto afectados. Pero el progresivo descenso de la producción en la planta marratxinera le llevó a hablar de la «crónica de una muerte anunciada», algo que se veía venir desde hacía algún tiempo.

La historia de la embotelladora se remonta al año 1963, siendo Kas, la empresa de refrescos vasca, la que dio origen a la misma. En la década de los años 90 fue cuando la planta de Marratxí fue adquirida por PepsiCo.