El PSM y el GOB, pero también otras entidades ecologistas y partidos de izquierda, abanderaron la lucha para salvar Son Bosc del campo de golf. No toda la finca formará parte del parque natural, pero sí aquellas áreas más ricas en biodiversidad. | Antoni Pol

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La ampliación del parque natural de s’Albufera que la Conselleria de Medi Ambient anunció el pasado fin de semana no prevé la inclusión de toda la finca de Son Bosc (de la parcela de 60 quarterades donde se proyectó el campo de golf) dentro de la zona protegida. El motivo: que los terrenos excluidos no poseen los valores naturales que los harían merecedores de formar parte del espacio protegido.

El director general de Espais Naturals i Biodiversitat, Miquel Mir, explicó que la propuesta de ampliación hecha pública el sábado no ha sido modificada para nada con criterios políticos, sino que responde a «la que presentaron los técnicos» a la Conselleria. «Es exactamente la misma que se nos hizo llegar desde la dirección del parque natural, al cien por cien», sentenció el director general. Mir la defendió: ellos son los que trabajan en s’Albufera y quienes mejor conocen el parque natural y los terrenos hacia donde debería ampliarse», añadió.

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Mir –que se doctoró en Geografía con una tesis sobre los sistemas dunares de Mallorca y Menorca y conoce s’Albufera– indicó no obstante que «sí se incluye en el parque natural la parte más rica en biodiversidad» de la finca de Son Bosc, aquella donde hay colonias de orquídea de prado y donde crían los abejarucos. Si la parte ampliada no alcanza hasta la carretera de Muro a Can Picafort «es porque no reúne los valores necesarios».

Hay que señalar que la no inclusión de toda la finca donde se proyectó el campo de golf en ningún caso significa que ahora se pueda recuperar la idea de construirlo. Aquella zona está protegida como ZEPA y es legalmente imposible que albergue una infraestructura de este tipo.