La solución, en fase experimental, ha consistido en instalar un pequeño equipo automático. | Lluc Garcia

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La depuradora de Son Puça ha instalado un sistema automático de tratamiento biológico de aguas residuales destinado a que el proceso mejore y se generen menos malos olores. Aunque todavía no hay resultados concluyentes, el concejal de Medi Ambient del Ajuntament de Sóller, Josep Ll. Puig, ha confirmado que durante los últimos meses «ha habido menos quejas y la disminución de los olores ha sido un hecho constatado».

Puig explicó que, aunque el período de experimentación aún no ha finalizado, los primeros resultados son «esperanzadores», ya que coinciden «con un año de máxima producción de alpechines en las almazaras, por lo que ha llegado todavía más materia orgánica de la habitual».

El sistema instalado –patentado como BioAmp– inyecta de forma automática billones de bacterias en los sistemas de depuración, logrando la reducción de grasas y aceites y eliminando los olores.

Los olores de Son Puça habían sido causa de recurrentes quejas de los vecinos, especialmente los de la zona de l’Horta y el Ajuntament había pedido a Abaqua que lo solucionara.